Estar demasiado ocupado para ir a la biblioteca a sacar un libro ya no es excusa, por lo menos en Canadá, donde varias bibliotecas públicas están optando por una innovadora manera de prestar libros: las máquinas expendedoras.
Las ciudades canadienses de Ottawa y Edmonton ya disponen desde hace unos años de estas máquinas de préstamo, y para finales de 2015 la Biblioteca Pública de Toronto planea también la instalación de una de ellas en la estación ferroviaria de Union Station, una de las zonas más concurridas de la ciudad.
El funcionamiento de las máquinas expendedoras de libros es muy sencillo: elegimos el libro que queremos entre la colección expuesta en el interior de la máquina, pasamos el carné de socio de la biblioteca por el escáner, indicamos el número del libro que hayamos elegido, y ya podemos recoger el libro y la ficha donde se indica la fecha de vencimiento. Para devolver los libros, podemos hacerlo en cualquier máquina, indistintamente de dónde los hayamos recogido: sólo debemos depositarlos en los contenedores de devolución situados al lado.
La Biblioteca Pública de Toronto estudia utilizar esta novedosa idea para ser más accesible a los ciudadanos y ampliar el número de usuarios, que se sitúa entorno a 18,5 millones al año. Aunque aún no se han concretado los detalles, esta biblioteca quiere llevar libros y DVDs a personas que por ahora no utilizan sus servicios porque no residen en la ciudad pero se desplazan habitualmente a ella para acudir al trabajo, la escuela, etc. Si el proyecto logra una buena acogida, la biblioteca se plantea ampliarlo a otras estaciones de la ciudad.
Las máquinas expendedoras son un buen sistema para que los lectores con los horarios más apretados puedan recoger y devolver los libros durante sus trayectos cotidianos sin tener que desplazarse expresamente a la biblioteca, facilitando así su acceso a la lectura. ¿Qué os parece esta iniciativa, os gustaría que llegase a las bibliotecas españolas?
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