La castaña gallega es una castaña de alta calidad que se caracteriza por su sabor dulce y su textura firme y no harinosa. Fueron un alimento esencial en la cocina gallega sobre todo en áreas rurales y de montaña donde la alimentación estaba vinculada al autoconsumo. Asadas, cocidas, en el caldo o con leche, eran las formas más habituales de prepararlas.
Aunque las tendencias culinarias actuales no limitan su empleo solamente a estas preparaciones tradicionales, ya que hoy día la castaña gallega figura como uno de los ingredientes más apreciados por los grandes cocineros, pasando a convertirse en un alimento imprescindible en multitud de recetas donde se utiliza para el relleno de carnes, aves, caza, guarnición, etc.
Con Indicación Geográfica Protegida, se le rinde culto con la fiesta del magosto. Una celebración festiva que representa el cambio de ciclo agrícola. Fiesta religiosa, porque se celebra en las vísperas del Día de Difuntos y gastronómica, porque coincide con la matanza y la recogida de dicho fruto.
Este bizcocho lo he preparado para los compañeros de trabajo de mi marido y ha sido todo un éxito, en casa ya lo he hecho varias veces y nos encanta, esa textura húmeda y el sabor que le aporta la castaña son indescriptibles, así que os animo a probarlo.
Ingredientes:
- 500 grs de castañas.
- 6 huevos.
- 100 grs de azúcar moreno
- 50 grs de azúcar blanco.
- 100 grs de mantequilla ( punto pomada).
- 1 sobre de levadura Royal.
- Sal.
- Un chorrito de leche.
- Una rama de fiuncho ( hinojo) o en su defecto, anís estrellado.
Preparación;
- Precalentamos el horno a 180º.
- Pelamos las castañas y las cocemos con el fiuncho. Una vez listas, las escurrimos bien y les sacamos la segunda piel en caliente y con cuidado de no quemarnos.
- Las esmagamos con ayuda de un tenedor y reservamos. No os esmeréis mucho en ese menester, ya que si queda algún tropezón por el medio le aportará un puntazo interesante al bizcocho.
- Separamos las claras de las yemas y batimos las primeras a punto de nieve fuerte.
- En un bol batimos la mantequilla y las dos clases de azúcar, junto con un chorrito de leche para ayudar a que se ponga cremosa.
- Una vez lo consigamos, iremos añadiendo las yemas de huevo una a una hasta que estén totalmente integradas. Echamos una pizca de sal.
- Es el momento de unir las claras ayudándonos de una espátula y con movimientos envolventes para que no bajen y pierdan aire.
- A continuación incorporamos las castañas, también con movimientos envolventes y por último, el sobre de levadura.
- Vertemos en un molde previamente enmatecado (o en uno de silicona como ha sido mi caso y que ya no será necesario enmatecar) y espolvoreado en la base con un poco de azúcar.
- Horneamos hasta que pinchándolo con un palo de brocheta, este nos salga limpio. En mi horno ha sido una hora.
- Dejamos enfriar dentro del horno y una vez frío del todo podremos desmoldar y espolvorear con azúcar glas.
Fuente: Cometegalicia