Almudena Alberca, primera mujer Master of wine española dirige el proyecto “La Nueva Ribera”.
La Ribera del Duero necesita poca presentación. Es una zona vitivinícola de este país conocida en todo el mundo con grandes rasgos característicos: tierra caliza y arenosa que retiene poco el agua; maduraciones rápidas y con menos acidez que en otros lugares y grandes contrastes de temperaturas entre el día y la noche durante los meses de verano. Estos son algunos de sus rasgos más conocidos que se repiten en las 270 bodegas aproximadamente que conforman la DO Ribera del Duero.
Sus vinos se han ganado la fama de rotundos y de ser perfectos para acompañar grandes platos de cocina tradicional con muchas horas de cocción, tanto los jóvenes, como los crianzas, reservas y gran reserva.
Los vinos de la Ribera del Duero han atesorado esta fama de contundentes durante años pero ahora parece que los paladares cambian y los winelovers, cada día más exigentes, piden nuevos vinos para probar y nuevas formas de tomarlos.
Bodegas Viña Mayor lo sabe y ha querido evolucionar junto a los gustos de su público, pero ¿cómo puede una bodega adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su identidad?
Desde luego y para el bien de todos no seremos nosotros los que le digamos cómo hacerlo.
Para eso están los profesionales de la altura de Almudena Alberca, quién dirige el proyecto de Ribera del Duero, Rueda y Toro de las bodegas.
Primera mujer española Master of Wine (y seguro que no será la única) a Almudena Alberca parece que le gustan los retos y acepta con gusto esa adaptación de sus vinos a una imagen mucho más fresca y actual.
Se trata de conseguir un vino diferente y contemporáneo sin perder la autenticidad, de seguir embotellando el terroir de la Ribera del Duero en esa Nueva Ribera más exigente y a la vez inconformista que no quiere quedarse estancada.
Ese es el espíritu por el que Bodegas Viña Mayor apuesta y plasma en sus tres monovarietales de tempranillo Roble 2016, Crianza 2015 y Reserva 2014. Cualquiera de los tres demuestra una cuidada elaboración que nos permite volver a sentir en boca la Ribera del Duero más auténtica, consiguiendo con la elaboración de estos tres vinos llegar a todos los públicos (incluido el más joven), dando opciones para cualquier momento del día.
Técnicamente hablando, Viña Mayor Roble 2016 es un vino nacido de una vendimia manual con tres meses en barrica de roble francés y americano. Resulta ideal para tomar sólo o para acompañar una comida de buen tapeo. Joven pero con la suficiente madurez para acompañar una comida más contundente como carnes asadas. Así que ¡pensad en él para vuestras barbacoas este verano!
Para hacer Viña Mayor Crianza 2015 se seleccionaron las uvas de forma manual y su jugo pasó por acero inoxidable y roble francés durante la mayor parte de sus 12 meses de barrica, aunque también descansaron en roble americano y en botella. En este caso, el crianza se convierte en el compañero ideal para esa paella que no va a faltar este verano. Porque si hay algo seguro durante los meses que vienen es que paella vamos a comer.
Llegamos al Reserva 2014 que si bien resulta el mayor del trío no debemos despreciarlo lo más mínimo. Hijo de viñas de 60 años plantadas a más de 900 metros de altitud no puede ser más característico de la zona y, a su vez, formar parte de esta Nueva Ribera. Ha pasado por barricas de robre francés y americano un mínimo de 15 meses más 20 en botella. Es un vino complejo y maduro perfecto para carnes rojas y todo tipo de quesos curados. Los cheeselovers están de suerte, aunque los amantes del vino también, ya que disfrutar de él con una buena copa y nada más es un planazo.
Bodegas Viña Mayor nos propone estos tres vinos para subirnos con ellos al carro de la Nueva Ribera, un nuevo concepto igualmente válido para los que son algo rebeldes, para los clásicos y para los recién llegados. En definitiva para aquellos y aquellas que no renuncian a un buen vino.