Revista Maternidad

Bokerón sin fronteras

Por Bucefalo

Bokerón sin fronteras

Pascual Caballero es un amigo. Fue compañero de residencia y todos sabíamos que era diferente.Implicado. Se le quedaba pequeño el hospital y España, habiendo tantos problemas por ahí. Siempre amable con los niños, no me sorprende nada que esté en los lugares donde nadie quiere ir. Marruecos, Haití, Somalia, Kenia... y ahora Etiopía.Y no es "turismo solidario". Es auténtico. Es un crack. Nos mantiene informados desde una playa en Lamu hasta temiendo por su integridad en Puerto Príncipe, con la magia de que parece que te lo está diciendo en persona. Nunca he querido publicar lo que nos manda, siempre le he dicho que esto debe acabar en un libro, pero algunas de sus cartas (pocas) ya han lo han hecho en el periódico YMalaga. Aquí os dejo la última.
"¡Jambo rafiki! Hola amigo, ¿qué tal estás? Espero todo vaya fenomenal, y deseo disfrutes de un estupendo fin de semana con tu familia y amigos. Ya llevo una semana en esta nueva misión, en Etiopía, y lo cierto es que, aunque me gusta mucho el país, y los compañeros y los niños del orfanato me han acogido con cariño y afecto, nuestro día a día está condicionado por las interminables y complicadas gestiones burocráticas con las autoridades y empresas encargadas de facilitar el objetivo de nuestro proyecto: la apertura de una clínica pediátrica para los niños de la comunidad de Meki.
Web de la Fundación Pablo Horstmann
Hemos estado visitando centros sanitarios de esta área y otras cercanas para dibujar y conocer la red en la que pretendemos aportar nuestro trabajo y esfuerzo. Por cierto, increíbles los resultados del trabajo de las religiosas en la ciudad de Ziway: unidad de renutrición, talleres ocupacionales para madres sin recursos, escuelas en diferentes niveles para casi 2.000 niños, politécnica de informática, cursos avanzados de diseño y confección... ¡Me quedé pasmado! Impresionante el trabajo que realizan, y lo que aportan a la comunidad. Ahora han tenido algunas bajas significativas, y están buscando cooperantes de diferentes perfiles, así que si estáis interesados podéis contactar con [email protected].
Al mismo tiempo, mil encuentros para facilitar y dinamizar los trámites administrativos, muy difíciles en estos medios, en ocasiones hasta contradictorios. Y por otra parte luchando para conseguir los equipamientos y recursos humanos necesarios para cumplir los requerimientos exigidos por las autoridades sanitarias, muy diferentes con los farenji (los extranjeros, los mzungus, los guiris) respecto a sus propias prestaciones, bastante precarias y deficitarias.
Me encantaría poder dedicaros más tiempo, pero aunque leo fugazmente el correo a diario (y agradezco enormemente vuestras muestras de cariño y apoyo), no dispongo de mucha opción de proceder a responder en particular. Espero que lo comprendáis, y aceptéis pertenecer a estos envíos de email colectivos, que tampoco puedo redactar y posteriormente mandar con la frecuencia que me gustaría. Ni navegar por las páginas de actualidad nacional, internacional y deportiva, aunque me he enterado por otras fuentes no cibernéticas de que...
1) El ejército etíope ha bombardeado tres enclaves en Eritrea, país vecino independizado hace 20 años tras más de 30 en guerra, aludiendo sospechas de actividades de formación de terroristas. Casi nada.
2) Se ha producido el asalto de un autobús en la región de Gambella, en la cercanía con Sudán, con la muerte de más de 25 ciudadanos etíopes. Aún no se ha informado si los autores son delincuentes comunes, ni de los motivos del ataque. Bueno, ya sabemos que la prensa, la radio, Internet y la TV no siempre transmiten información fiable, pero algo siempre aportan (luego nos queda aplicar cierto criterio a la hora de procesar dichas noticias, aunque la mayoría de la gente traga, traga y traga, y así nos va).
Desconozco la repercusión de estas dos desagradables noticias en los medios de comunicación españoles, pero prefiero aprovechar los escasos minutos que tengo en Internet (el texto lo redacto en Word durante 1 CD entero de Elbicho, como en Haití) en aseguraros que la sensación de tranquilidad, normalidad y seguridad que se vive en este país, tanto en el ámbito urbano como rural es sencillamente envidiable. Imagino que es difícil de creer leyendo historias de secuestros, bombardeos, asaltos y asesinatos, pero os aseguro que tanto jueves y viernes he paseado y circulado por las calles de la capital con total confianza y serenidad. Y en el pueblo la vida es aún más tranquila todavía, si cabe. Así que no poneros nerviosos, por favor. Hakuna matata. No te preocupes, no pasa nada, no hay problema. Os lo dice uno que recuerda con frecuencia las medidas a cumplir en las dos misiones previas, y añora la vuelta de Blanca y de Mone desde hace más de cinco meses.
3) El Athletic de Bilbao eliminó al Manchester United. Esto no me lo comentaron mis anfitriones, esto lo ví en directo de pura chiripa, porque tras un día entero de idas y venidas, reuniones y gestiones en la capital, nos invitaron a un cumpleaños informal de una microbióloga de Badalona (contratada hace 6 meses por la Universidad de Addis Abeba y aún no ha empezado a dar clases, para que veas hasta qué punto pueden llegar los despropósitos aquí). Habíamos madrugado mucho, el viaje en carretera había sido duro, mañana y tarde no habíamos parado, estaba realmente cansado, y la agenda del viernes se presentaba concurrida ( como finalmente ha sido), pero no podía rechazar la poco frecuente posibilidad de conocer a algunos miembros de la colonia española en Etiopía. Y de repente me encuentro en las pantallas de un garito bastante moderno con el resultado del partido de ida en Old Traford (ni me había enterado que se disputó durante mi embarque en Estambul hace una semana ), e inmediatamente con el golazo de ese fenomenal delantero Fernando Llorente, también llamado rey León. León como el originario de Tanzania (de la estupenda cosecha del 75) que posa disecado en el palco del viejo estadio de San Mamés; león como el logo que decora los laterales de los autobuses públicos de esta capital africana; león como el escudo que posaba en la bandera de este país durante el régimen político anterior; y león como los pelos de este 'malaguita' cuando se levanta por la mañana.
En fin, melenas aparte, lo más curioso de toda esa noche fue que justo antes de entrar en ese pub, me dice sorprendida una farenji en castellano; ¨¡Tú eres el Pascual! ¨. ¿? Pues sí, lo que son las cosas, conocí a esa chica en junio del 2010 en el aeropuerto de Amsterdam, embarcando con dos familias keniatas que iban a operarse en España... ¡Y nos reencontramos 2 años después en una acera en Etiopía! Aquí se puede cantar eso de sorpresas te da la vida, o también decir eso de que pequeño es el mundo. ¿No crees?
Es una posibilidad, pero me parece a mí que no, que el mundo es muy grande, y que las diferencias son más grandes aún. Por mucho que te muevas por distintos países, cada día hay nuevas y nuevas cosas por aprender, gente por conocer, situaciones por vivir, encuentros que comentar, imágenes, sabores y olores que recordar, etc...
Por ejemplo, es increíble la cantidad de mendigos que hay en las calles y jardines de Addis, y sin embargo lo limpia que está la ciudad. Alucino con los interminables andamios de madera para la construcción de enormes edificios (absolutamente impresionante donde llegan las estructuras tal y como apoyan 'los palitos'). Admirable la tolerancia y convivencia pacífica de musulmanes, cristianos ortodoxos y católicos. Y me reitero en el disfrute que os comento de pasear y circular con total tranquilidad por las calles, tanto de día como de noche. Y así mil detalles más.
El mundo es grande, 'kiyo', y nuestra amistad también. Pese a la distancia, y las horas (pasada la medianoche aquí en Meki, recién llegado después de tres horas de carretera bastante salvaje), no quería desaprovechar la oportunidad para saludarte y mandarte un mensaje de tranquilidad, entrega y alegría.
Posiblemente tardaré en escribir de nuevo, porque salgo mañana sábado a conocer el hospital de Gambo, distante 4 o 5 horas (y aún así estimamos será nuestro hospital de referencia), que dirige otro malagueño desde hace más de 20 años, con la ayuda de voluntarios españoles e italianos, y el trabajo de personal etíope. Pasaré el fin de semana con ellos, pues tenemos muchos aspectos médicos, logísticos y organizativos que comentar, para volver el lunes por la noche de nuevo a Meki.
Y además seguimos realmente enfrascados con todas las gestiones para recuperar el material que nos confiscaron las autoridades aduaneras en el aeropuerto (al menos ya tengo la maleta que se despistó en la escala en Turquía), y poder inaugurar nuestra clínica el próximo sábado 24 de marzo. De todos modos estaré pendiente del correo electrónico por si hay alguna incidencia, ¿ok?
Y a ver también si damos la sorpresa en el Bernabéu; está difícil, pero no imposible. Lo que no creo es que pueda verlo, porque Gambo no es Addis Abeba, y porque con las dos horas de diferencia ese partido aquí acaba más cerca del amanecer que del atardecer previo. Así que dudo que lo vea. Sea como sea, Málaga milele! (¡Málaga siempre!).
Antes de despedirme, quiero solicitarte un último favor, querido amigo: Difunde el texto que viene a continuación entre tus contactos y amistades, y votad por la Fundación Pablo Horstmann (que ya sabes que financia un hospital en Lamu, Kenia, desde el 2008, y también asume desde hace pocos meses el orfanato de Meki, en el que está actualmente trabajando vuestro bokerón sin fronteras)
Mil gracias por tu inestimable ayuda, ¡rafiki!"

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