Revista Cocina
Antonio Gala calificó a Alhaurín El Grande como "el pueblo que yo soñé". Tanto, que allí tiene su retiro desde hace más de 25 años, su finca La Baltasara, casa campesina del siglo XVIII.
Alhaurin el Grande Alhaurin el Grande, pueblo grande como larga es su historia. Situado en la ladera norte de la Sierra de Mijas, a los pies de un frondoso bosque de pinos, contemplando desde su atalaya las ricas huertas y vegas de naranjos y limoneros, olivos y cereales y el extenso y fértil Valle del Rio Guadalhorce plagado de frutales y hortalizas.
Allí nació mi padre, en “El Lugar”, allí están mis raíces paternas. “El lugar” así lo llama mi familia, así llaman al pueblo los oriundos de tan maravilloso enclave malagueño.
Los árabes le dieron el nombre de Alhaurín, interpretado como Dios misericordioso, procedente de Allah-Ahrain y otras veces como procedente de la raíz Al-haur, que significa “hoya o valle”, por lo que Al-haurín vendría a significar los dos valles, apoyando esta interpretación la situación misma de la ciudad sobre los valles del Fahala y del Arroyo de la Villa.
Un “lugar” malagueño donde el pasado dejó su huella; los primeros testimonios de la presencia del hombre data del Neolítico (2.500 años a.C.); huellas que delatan asentamientos de fenicios, griegos, romanos, visigodos y árabes.
Fue en 1.487 cuando los Reyes Católicos, después de sangrientas batallas reconquistaron una ciudad donde los pocos moradores que quedaron aterrorizados huyeron hacia la costa,y sus tierras y castillos fueron repartidos entre 82 pobladores cristianos, produciéndose éste hecho en 1492.
El legado andalusí, quedó en sus calles, en sus valles, en su gastronomía….
Platos típicos del “lugá” quedaron grabados en Mi cocina, desde la cocina de mis mayoresSu gastronomía: bollos de aceite, mojete, cachorreñas manteca colorá...
Este es el enlace de la receta: Lomo en manteca "colorá"
Las sopas cachorreñas (aqui encuentran la receta)
las morcillas y los chorizos alhaurinos, con los que suelo preparar mis potajes….
O el pan de higo que tanto gustaba a mi madre, que se hacen con los higos secos y almendras….
sin olvidar la repostería, los tipicos dulces como los bollos de aceite, que se diferencian bien poco, encuanto a la base de sus ingrendientes de la clásica torta de aceite, siempre aplanada.
La palabra bollo, viene de “bola”… así que los bollos de aceite para que sean “bollos” tienen que tener forma, bien cuadrada, redonda o triangular y su masa debe resultar esponjosa. Su “secreto”, aunque a mí personalmente me cueste conseguirlo (mi falta de experiencia y paciencia me suelen jugar malas pasadas), es el doblado de la masa, que hace que queden huecos por dentro y crujientes.
Los productos que se utilizan para la preparación de los bollos de aceite, son los productos que abundaban en épocas pasadas en la zona, como son la harina y el aceite.
¿Cómo los hice?
Los ingredientes:
Cantidades 250 gramos de harina de repostería (usé de la marca Harimsa), un vaso de agua, dos vasos de aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño), sal y azúcar.
Mis mayores en cuanto a cantidades dirían…”harina, la que admita”, el tiempo para hacerlo…”un ratito” y las medidas de sal y azúcar…”un pellizco” o “un puñaito”….
El aceite tiene que estar frio y el agua templada.
Los pasos a seguir:
En un bol echar la harina, el agua, el aceite, un pellizco de sal y amasar hasta que esté elástica la mezcla. Coger una pequeña cantidad y extenderla dejándola lo más fina posible (la masa debe ser lo suficientemente fina para que luego en el horno pueda subir pero sin llegar a romperse). Echar azúcar en su interior y doblarla en forma de rectángulo cerrando los bordes. Pintar con aceite y echar azúcar y meterlo en el horno precalentado a 250º C. Sacarlo cuando la parte superior del bollo esté dorada.
Nota.-
Es la primera vez que lo hago, francamente está delicioso, pero no he obtenido el resultado idóneo; la elaboración de este dulce requiere paciencia, práctica y mucha técnica, principalmente para conseguir la mas fina con la que se elaboran, por ello en los obradores tradicionales suele haber personas especializadas en su preparación.
Tengo entendido que los obradores han tratado de mecanizar parte del proceso, pero no han podido hacerlo, las maquinas no pueden conseguir un espesor de la masa fina con la que se elaboran los bollos de aceite.
Sigue guardando su esencia y se sigue elaborando como se ha hecho siempre con gran cuidado y esmero.
Continuaré practicando, intentándolo y recordando los sabores malagueños, espero volver a repetir éstos “bollos de aceite” perfeccionando el resultado y por supuesto lo compartiré con quienes seguís Mi cocina.
Buen comienzo de semana…..Sean felices.