Muchas veces las nuevas aperturas nos llevan a olvidarnos de los restaurantes de toda la vida con mantel, camareros uniformados con pajarita, incluso en algunos casos, hasta con guardarropía. Casi ya no existen, los que abren sus puertas ahora piensa que es algo anticuado (aunque se lleva lo “vintage” :-) ) que no gustará al cliente.
Puede ser, pero uno de estos restaurantes en Barcelona es Brasserie Flo. Y una evidencia de lo que comentaba es cuando esa misma tarde coincidí con alguien más joven a quien le dije donde había comido y no lo había oído nombrar nunca. Pero si Brasserie Flo lleva 33 años con sus puertas abiertas y sigue llenando por algo será.
Hacía mucho tiempo que tenía ganas de ir. Cuando estudiaba, cada noche al acabar las clases pasaba por delante y pensaba “algún día vendré a comer aquí”. Y por fin llegó el día. Su carta es amplia y seductora, de las que te hacen dudar porque todo se ve apetitoso. Las mariscadas y más concretamente las ostras son quizá lo que más identifica este restaurante. Puede ser que ahora no sorprenda pero hace 33 años encontrar ostras era todo un lujo alcanzable solo por unos cuantos. Pero su oferta es mucho más amplia incluyendo platos de toda la vida con un toque de sofisticación, con una base de cocina francesa adaptada a los productos y la cocina mediterránea. Empezamos con unos entrantes: 6 ostras de Normandía, no podíamos dejarlas pasar. Servidas en su bandeja de hielo y acompañadas de pan negro, mantequilla y salsa mignonnette clásica. Cumplieron expectativas igual que el Foie gras fresco de pato de Girona con compota de manzana, con su pan tostado que también pedimos. Buen producto, y buenos complementos para acompañarlos. Aunque os comentábamos que es un clásico, su carta se renueva y se moderniza, o mejor dicho, evoluciona. Por eso hicimos caso cuando nos sugirieron que probáramos también Nopal si no lo habíamos hecho nunca. Hablamos de la conocida Chumbera, pero no los higos, sino la misma planta. Una de los nuevos productos que se va introduciendo en nuestra dieta, o eso creo, ya que no lo había oído ni probado nunca. Al parecer tiene ciertas “propiedades milagrosas”, quizá algo exageradas por aquello del marketing. La verdad, tal y como allí lo tomamos nos gustó y si realmente su aporte nutricional es bueno, pues mejor. También es cierto que la combinación de sabores ofrecida por Brasserie Flo en la presentación de este plato seguramente lo ensalzaba: Tostada de Nopal con boquerones, aguacate y tomate. La tostada casi inapreciable que servía de soporte más que nada para no restar protagonismo al resto de ingredientes. Nuestra primera toma de contacto con el Nopal ha sido muy satisfactoria. Los platos principales fueron un Steak tartar que puede ser tomado o con patatas fritas o con ensalada. Lo elegimos con patatas fritas, caseras y bien hechas. Cuando pedimos el steak tartar nos preguntaron la preferencia respecto al picante como si del punto de cocción de un trozo de solomillo se tratara. Algo que también nos llamó la atención, ya que con toda la proliferación de “tartares” que vemos últimamente, no suelen preguntar como nos gusta comerlo. Aquí lo hicieron, seguramente otro rasgo de la experiencia que dan los años. Entendieron a la perfección nuestra petición y llego un buen plato con el picante presente sin dormir la boca. El otro principal fueron unos medallones de rape al perfume de cebada con pulpo ahumado. Un plato generoso, siguiendo la línea de los servidos hasta ahora. Tres buenos trozos de pescado que casi sobresalían del plato de grosor, con un sabor especial entiendo que aportado por la cebada y con una rodaja del pulpo. Una forma diferente de comer este pescado que me gustó. Nos costó pedir postre, de hecho fue gula pura y compartimos uno: Tarta tatin con nata. Menos mal que así lo hicimos ya que la ración o, mejor dicho, la tarta hubiera sido mucho para uno. La fruta predominaba en el postre, la masa, igual que la Tostada de Nopal, prácticamente imperceptible y la nata tampoco era excesiva. Personalmente, prescindiría de la nata ya que la tatin por si sola es suficiente, no necesita ningún adorno. Acompañamos con una botella de Mes que Paraules, un D.O. Pla de Bages que teníamos fichado y os habíamos hablado de él, aunque en este caso, fue el blanco, también muy bueno.Brasserie Flo cumplió las expectativas. Llevábamos reserva de Atrápalo, que da varias opciones para elegir algún menú especial o comer a la carta y aprovechamos ya que estábamos echando un vistazo a los que participaban en la Restaurant Lover Week. Echadle un vistazo y no dudéis en elegirlo para un día especial, para una cena romántica o simplemente para disfrutar de una buena comida para la que nunca se necesita excusa!.