Brownie de remolacha

Comienzo el día haciendo una pregunta o, más bien, provocando con un "que levante la mano a quien no le guste el brownie".
A ver...vamos a miraaaaar...ohhhhh, jajajaja.
Nadie por aquí...nadie por allá...nadie por acullá !!!
Justamente lo que me imaginaba. NO hay nadie a quien no le guste el brownie y eso no es de extrañar porque un jugoso trozo de sabroso pastel de chocolate no es nada a lo que hacerle un feo.
Muchas son las versiones del clásico brownie que han pasado por mi horno. Todos y cada uno de ellos han sido devorados y disfrutados como Dios manda por los locos amantes del chocolate que somos en mi familia. Sin embargo, hasta que el día en que el brownie de remolacha no entró en nuestras vidas, nunca se escuchó un "wooooooooooooooow" tan largo en casa.
Este es un brownie denso y con potente sabor a chocolate al que la remolacha le aporta una jugosidad increíble. Yo podría escribir mucho sobre ello e intentar describirlo para que lo imaginarais pero no lo voy a hacer. A cambio os voy a retar a que comprobéis personalmente lo que ES este brownie preparándolo en vuestras casas porque, estoy segura, que terminareis agradeciéndomelo.
Os va a fascinar. Palabrita :)
Necesitamos (para un molde de 25 x 25 cms)

• 300 grs de remolacha cocida
• 200 grs de mantequilla sin sal
• 250 grs de chocolate fondant de cobertura sin leche
• 3 huevos "L"
• 200 grs azúcar moreno
• 60 grs de harina de trigo
• 30 grs de cacao en polvo
• 1/2 cucharadita de levadura
• Pizca de sal

Preparación
Pre-calentamos el horno a 180ºC (arriba y abajo, horno tradicional).
Cubrimos la base y laterales del molde con papel vegetal para horno.
Trituramos la remolacha hasta obtener un puré. Lo dejamos escurrir sobre un colador y presionamos con el dorso de una cuchara para que suelte su jugo. Reservamos.
Fundimos la mantequilla junto con el chocolate. Podemos hacerlo en el microondas a golpes de 30 segundos y removiendo entre golpe y golpe o en el fuego al baño María. Dejamos templar ligeramente.
Con la ayuda de unas varillas eléctricas, batimos los huevos con el azúcar hasta que hayan duplicado su volumen y obtengamos una mezcla blanquecina.
Añadimos el chocolate fundido y mezclamos hasta integrar.
Tamizamos la harina, el cacao en polvo y la levadura y la agregamos a la mezcla anterior junto con un pellizco de sal. Mezclamos con una espátula, con movimientos envolventes suaves, hasta obtener una mezcla homogénea.
Vertemos la mezcla en el molde y lo horneamos, a media altura, durante 20-25 minutos.
Este tiempo es totalmente orientativo, no sólo porque cada horno es diferente (mi horno es muy fuerte) sino porque a cada persona le gusta un punto de cocción distinto cuando se trata de brownies por lo que lo mejor es comprobar el punto de cocción insertando una brocheta en el centro para ajustarlo.

Dejamos templar sobre una rejilla metálica durante 15-20 minutos y lo introducimos en una bolsa de plástico donde habrá de reposar hasta enfriar completamente. Mi recomendación es esperar 24 horas antes de degustarlo, este tiempo de reposo potenciará el sabor del brownie y su textura, transformándolo en ese algo absolutamente espectacular que he mencionado al principio de la entrada.
Si no cae todo de una sentada, no os preocupéis porque dura en buen estado durante días. Tan sólo tenéis que volver a meterlo en la bolsa de plástico y listo.
Para que este brownie os lleve directamente al cielo, servidlo con salsa de chocolate, helado de vainilla y chips de chocolate.
Fuente: Hearty food