¡Hola! ¿Cómo están? ¿Cómo la han pasado? ¿Dispuestos a cocinar algo rico, muy sabroso, que tanto puede ser un plato principal para vegetarianos como un acompañamiento/guarnición bien gustoso y nutritivo para todo mundo? Pues bien, esta receta es tan práctica y versátil que suelo prepararla tanto en formato de budín (en clásico molde de budín inglés o Savarin) como en cazuelas; hasta, incluso, hago bocaditos - como los que preparé hoy para las fotografías que acompañan la receta -.Pocos ingredientes, poca complicación y poco tiempo para realizar una preparación muy sabrosa y nutritiva que lleva a la mesa uno de los vegetales más difíciles de presentar a los pequeños de la casa (que lo aman o lo odian; no tienen punto intermedio...): el brócoli. Aquí, en combinación con la calabaza queda riquísimo, algo disimulado y ¡les encanta! Además, podemos acompañarlo con alguna salsita sencilla, pero sabrosa que resaltará aún más su sabor delicado y exquisito. En esta oportunidad, preparé una salsa de queso en un pim-pam-púm; pero, le combinan muy bien por igual las salsas de hongos, pimientos, espárragos, cebollas, arvejas/guisantes e, incluso, una rica salsa bechamel o de tomates casera.
Aquí les dejo los ingredientes, así nos ponemos a cocinar sin más demoras (porque un exquisito plato nos espera al final del camino; yo sé lo que les digo).
Para comenzar, partí en mitades una calabaza/anco (o el zapallo de tu preferencia), quitale las semillas y ubicala en una placa o fuente para horno. Rociá ambas piezas con un hilo de aceite (no las condimentes ni sazones) y cociná a fuego fuerte hasta que la pulpa se separe de la cáscara con facilidad.
En esta ocasión, la calabaza no es muy grande (como podés ver en la fotografía); sin embargo, por lo general, preparo esta receta con 1 kilo-1,5 kilos de puré.
Entonces, quitá la pulpa de la calabaza, despegándola con una cuchara de su cáscara y prepará un puré con ella, utilizando un pisa-puré. Reservá (sin sazonar) en un bol hasta que enfríe.
Mientras tanto, rehogá en 2 cucharadas de aceite de coco (o el de tu preferencia), 1 cebolla grande picada junto con 1/4 de ají/pimiento rojo picado también. Condimentá con sal, pimienta, nuez moscada, 1 cucharadita de orégano y 1 cucharada de puerro (o cebolla de verdeo) deshidratado. Agregá 400 gramos de brócoli congelado y cociná hasta que los vegetales pierdan su rigidez. A medida que se van cociendo (no será más de 5-8 minutos), rompé-desarmá las flores de brócoli para que no queden trozos muy grandes (en especial, si no querés que los descubran sus detractores y se nieguen a comer esta receta porque sí nomás...) Reservá hasta que enfríe.
Luego, condimentá el puré de calabaza con sal, pimienta, nuez moscada y 1 cucharadita de cúrcuma. Añadí 2 huevos (de campo/ecológicos/pastoriles), 1/2 taza de queso rallado (o en hebras; el de tu preferencia) y 2 cucharadas colmadas/bien copetonas de almidón de maíz. Integrá bien y, por último, incorporá los vegetales cocidos previamente, bien escurridos.
Mezclá todo y volcá la preparación en una budinera, molde Savarin, muffinera/molde para hacer muffins, cazuelas, flanera... enaceitado (en mi caso, con rocío vegetal).
Cociná en horno precalentado a 180° C por 35-40 minutos o hasta que se dore y esté firme.
En esta ocasión, como ya te conté antes, acompaño los bocaditos y las cazuelas con una Salsa de queso muy sabrosa a la vez que sencilla. Te cuento cómo la preparo por si deseás hacerla en tu casa.
En una cacerolita, colocá 2 tazas de leche (de origen animal o vegetal, según tu gusto), cocinándola a fuego bajo hasta que comience a tomar buena temperatura (cuando humee). Entonces, sumale 1 taza más de leche en la disolviste 1/2 taza de almidón de maíz. Por último, incorporá 1/2 taza de queso rallado (en mi caso, Fontina bien sabroso). Revolvé constantemente para que no se formen grumos hasta que espese. Entonces, condimentá con sal, pimienta y abundante nuez moscada recién molida. ¡A comer!
Algunas observaciones y recomendaciones finales: La calabaza/anco puede cocinarse al vapor, hervida o al horno. Suelo escoger la opción al horno porque me permite obtener un puré mucho más seco que con otras técnicas. Opten por el modo de cocción que más se acomode a su gusto, pero dejen el puré lo más seco posible para no malograr la receta.
Recuerden no condimentar la calabaza al momento de cocerla para que no suelte el agua. Del mismo modo, una vez preparado el puré - cuando lo dejamos para que se enfríe a temperatura ambiente - tampoco deberán condimentarlo para que no libere el agua (aunque perdió gran parte de ella en la cocción - en especial si fue en horno - todavía contiene). Sólo se condimenta el puré al momento de añadir los demás ingredientes, cuando preparamos la mezcla final.
De igual modo, cabe aclararse que no todos los anco/zapallos (incluso los de la misma variedad) resultan iguales a la hora de convertirlos en puré. Están los que terminan siendo más secos, los que contienen más agua, los que son pura fibra... Por ello, la cantidad de almidón de maíz de la receta estará en directa proporción a esta condición del puré. Si éste queda muy aguado, pese a la inclusión de almidón, será necesario que incorporen alguna cucharada más de este ingrediente.
La salsa de queso para acompañar el budín (o los bocaditos) debe ser de un queso con sabor, pero sin tanta personalidad como para que se pierdan los demás ingredientes. Los quesos Fontina, Gruyere y Cheddar, por ejemplo, quedan muy sabrosos.
A esta mezcla de vegetales podemos añadir zanahoria rallada gruesa o algunos hongos/setas (frescos o secos; en este caso, previamente hidratados) rehogados: Portobello, champiñones de París, shiitake, hongos de pino... para enriquecerla aún más.
Otra idea bien sabrosa es armar una base con la mezcla de vegetales que preparamos en el fondo de la budinera, colocar luego cubitos o rodajas de queso tipo fresco, haciendo un piso que no deberá llegar a los bordes para, luego, cubrir con otra capa de mezcla de vegetales. Así, al momento de servir, cada porción contará con un centro-corazón de queso derretido sabroso. En caso de hacer cazuelas o bocaditos en molde de muffins, pueden colocar también un corazón de queso que aportará sabor y un interesante factor sorpresa al plato.Para asegurarse que los bocaditos se desprendan sin problemas de la muffinera, pueden enaceitar (o cubrir con rocío vegetal) y enharinar el molde.
Espero que les guste (y los tiente) mi propuesta de hoy. Como pueden ver es súper fácil, práctica y deliciosa: Un budín-bocadito-cazuela (en fin, la opción que más les guste o convenga) con una cubierta ligeramente crujiente, sequita y un corazón-interior cremoso, suave, exquisito.
Nos encontramos la próxima. ¡Pasen una linda semana! Disfruten de la vida junto a las personas que aman y experimenten en la cocina.