Mi idea era hacer un bizcocho de calabaza, pero cuando estaba preparando la mezcla de la masa apareció Emma por la cocina y decidió que me iba a ayudar, eligió el molde de flor pero con la textura que tenía la masa ya vi que no sabía si desmoldaría bien, así que decidí añadirle más huevos y la leche de coco para darle más fluidez y se amoldará más a los recovecos, de ahí que le cambiara el nombre sobre la marcha, ya que la textura al ser tan húmeda es más de budín.
350 gr de puré de calabaza (hecha al horno o en el microondas)
1/2 taza de eritritol (o el edulcorante que utilices habitualmente)
70 gr. de aceite de coco líquido
100 gr. de leche de coco (o nata o leche)
125 gr. de harina de coco (no confundir con coco rallado)
1 c/p de polvo de hornear o levadura química
1/3 de taza de cacao amargo
1 c/p de canela (opcional)
Batir los huevos con la calabaza, el eritritol y el aceite de coco cuando esté todo integrado agregar la harina, el polvo de hornear y la canela tamizadas, mezclar hasta que la masa esté homogénea.
Precalentar el horno a 180ºC.
Pasar la masa al molde elegido, si no es de silicona será necesario engrasar y enharinar, hornear unos 40-45 minutos horno precalentado a 180 gr (como cada horno tiene su historia, siempre mejor hacer la prueba del palito) dejar entibiar y desmoldar.