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Camino a repetir la misma historia

Publicado el 24 septiembre 2012 por Marianofusco

Camino a repetir la misma historia

Repitiendo errores que en vez de solucionarse se propagan y demostrando que es un equipo que se encuentre en la situación que se encuentre no sabe de reacciones, River sumó ante Racing el traspié por el que tanto temió a lo largo de toda la semana y agudizó una crisis que además de colocarlo en una situación comprometida a Matías Almeyda lo vuelve a ligar con la zona de descenso que en su momento tantos males le causó.

La caída ante Vélez y la conflictiva semana posterior, que en medio de rumores e insinuaciones incluyó un apoyo que no fue tal de Daniel Passarella para Almeyda en medio de un monólogo que de comienzo a fin fue lamentable, habían puesto al equipo en obligación de ganar. No había margen para ningún tipo de error. Una reacción se antojaba imperiosa.

Sin embargo la misma no llegó durante el juego, en ningún momento. Carente de recursos y de variantes, River fue nuevamente un equipo sin ideas, que si bien disfrutó mucho más tiempo del balón que Racing y fue el que más gasto hizo a lo largo del juego convivió permanentemente con sus enormes carencias al momento de generar opciones claras para convertir.

Trabajar es la única palabra que cabe en esta situación. Tengo fe en mi trabajo y en el grupo. Lo vamos a sacar. Vi que los jugadores dejaron el alma. Me da fuerzas para seguir”. Matias Almeyda.

Añorando mayor precisión, el conjunto conducido por Almeyda sufrió las repetidas consecuencias que le trae desenvolverse sin un armador y careció de juego asociado, lo que provocó que en todo momento sus únicas vías para aproximarse al área rival sean las del envío largo y la del centro, siempre en busca de Rogelio Funes Mori y David Trezeguet, la referencia en quien todos confian pero a la que nadie parece entender.

Siendo incapaz de lastimar, River ni siquiera supo transformar en rentable el ingreso de Facundo Afranchino y consecuente retraso de Carlos Sánchez cuando se lesionó Jonathan Maidana, que en principio dotaba al costado derecho de mayor desequilibrio, ya que en los momentos en los que progresó por las bandas sólo fue para insistir con la formula del centro anteriormente mencionada, que ni aun repitiéndose una y otra vez fue bien ejecutada. Combinaciones y desbordes jamás existieron.

Afrontando en choque rodeado de igual cantidad de necesidadades, Racing no hizo mucho para aprovecharse de dicho marco de situación. Jugado aún peor, fue un conjunto al que el conservadurismo se le notó desde temprano, que viviendo pendiente de la habilidad de Adrián Centurión y la electricidad de Luciano Vietto no generó riesgo alguno en las cercanías del arco defendido por Marcelo Barovero y sólo se se limitó a defender, poniendo en dificultades a River planteando un duelo áspero.

Creíamos que no nos iba a alcanzar para defendernos y atacar de la mejor manera, así que nos enfocamos en el aspecto defensivo. Algo hay que entregar y abandonamos un poco la posesion. Le regalamos la pelota porque no nos sirve de nada tener posesión sino lastimamos, prefiero defender bien y esperar los espacios”. Luis Zubeldía.

Puestas en liza las dificultades de unos y otros lo que se terminó viendo fue un encuentro sumamente discreto, en el que con el cero dominando River terminó dejando ver mayores intenciones de quedarse con la victoria afrontando gran parte del segundo tiempo con Manuel Lanzini en posición de enganche y Rodrigo Mora sumándose a la delantera pero sin embargo la fortuna le sonrió a Racing, que sin proponerselo se llevó un premio demasiado grande gracias a un cabezazo de Matias Cahais a la salida de un tiro libre ejecutado por Diego Villar.

Mientras Racing disfruta de haber sumado alivio, aún redondeando una actuación completamente deficiente, River se hunde y comienza a ser azotado por la necesidad de sumar. Con Almeyda siendo incapaz de afianzar los mismos nombres y el mismo esquema y repitiendo desaciertos de todo tipo, va camino a repetir la misma historia. El cambio debe llegar antes de que comience a ser demasiado tarde.


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