Camino de la cruz (2014)

Maria (Lea van Acken) se encuentra atrapada entre dos mundos. En el colegio, esta chica de 14 años, tiene los típicos intereses de una adolescente, pero cuando está en su casa debe seguir los dictados de la Sociedad de San Pío XII y su tradicional interpretación del catolicismo. Todo lo que Maria piensa y hace debe ser examinado ante Dios.
Calificación: 7,464.
Tráiler de la Película - VOSE


Ficha
Título Original: Kreuzweg.
Director: Dietrich Brüggemann.
Guionistas: Anna Brüggemann, Dietrich Brüggemann.
Actores: Franziska Weisz, Florian Stetter, Lucie Aron, Anna Brüggemann, Michael Kamp, Moritz Knapp, Birge Schade, Sven Taddicken, Lea van Acken, Georg Wesch, Ramin Yazdani, Hanns Zischler.
Productores: Leif Alexis, Fabian Maubach.
Fotografía: Alexander Sass.
Música:
Montaje: Vincent Assmann.
Diseño de Producción:
Diseño de Vestuario: Bettina Marx.
País: Alemania.
Lugares de Rodaje: Berlín (Alemania).
Fechas de Rodaje:
Año: 2014.
Duración: 110 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Drama.
Estreno: 12-12-2014.
DVD (Venta):
Distribuidora: Caramel Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 486.
Recaudación: 3.319,95 €.
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Crítica
16-12-2014 – JOSU EGUREN
La vía dolorosa
En ocasiones la sobriedad del asceta llega a tal extremo que su rigurosidad puede ser interpretada en clave de manierismo formal. Tomemos a Dietrich Brüggemann como ejemplo, y analicemos el estatismo de su cámara en los catorce planos secuencia que fragmentan la ascensión por la vía dolorosa de una adolescente hacia el Gólgota espiritual. En una primera impresión, el plano fijo encapsula el tiempo hasta detenerlo, de tal forma que a medida que se pronuncia su longitud la imagen termina por alumbrar todos los mecanismos del lenguaje cinematográfico (es posible que buena parte del público experimente una revelación rivettiana con el último movimiento de cámara).
Lo interesante de "Camino de la cruz" es que a partir de una iluminación y un tono dramático realistas Brüggemann logra generar una ilusión psicológica mucho más poderosa que la que se consigue a través del montaje acelerado. La idea anterior queda reforzada por el misticismo que deriva de una planificación tan estricta que nos coloca de rodillas ante una propuesta narrativa inusual, a imagen y semejanza del respeto que produce en el espectador agnóstico un recorrido por la nave central de la catedral de Chartres.
Temáticamente comparada con "Camino" (2008), de Javier Fesser (aunque este crítico opina que una comparación más justa la llevaría a enfrentarse con "Nymphomaniac", 2013; de Lars von Trier), el segundo largometraje del director alemán se aleja tanto de las intenciones de Ulrich Seidl que en primera instancia puede parecer una obra melliza de la segunda entrega de su trilogía 'Paradies' ("Paraíso: Fe", 2012). Brüggemann no emite juicios (al menos no resultan tan evidentes) y entrega una película que puede ser tanto la crónica de una mártir presa del fanatismo religioso como el documento audiovisual que certifica el sacrificio de una niña cuya fe excede los límites de nuestra racionalidad.