Este año era mi sexta participación en la carrera de San Miguel de Torremolinos, en un circuito a una vuelta que no conocía pero que viendo en el plano, podía imaginarme que sería durete.
Llegaba con ganas, sabiendo que pese a que estamos en el inicio de la temporada, he hecho los deberes en verano y me encuentro fuerte.
Aunque Antonio nos había recogido los dorsales a varios compañeros del club, llegamos temprano, organizándonos en dos coches desde el recinto ferial de Fuengirola y añadiéndose otros compañeros ya en Torremolinos.
El objetivo del día era rodar hora y media una hora y media a 150 pulsaciones pero como había encartado la carrera, tendría que rodar antes y después.
Tras un rápido paso por el baño me tomé el preentreno y comencé el calentamiento con Riccardo, inicialmente por la pista y tras cuatro vueltas, salimos al exterior, haciendo el último kilómetro de la prueba en sentido inverso.
Nos encontramos con varios corredores a lo largo de los casi 6 kilómetros de calentamiento, entre ellos a Antonio y un compañero del Califas, con quienes estuvimos comentando el asalto al WR de Sorokin y el papel de nuestros compañeros de la selección en el europeo de Verona.
Ya de vuelta en la pista era complicado seguir calentando al haber ya muchos corredores en la misma, así que lo dejé en 25 minutos y el resto lo completaría tras la prueba.
Sabía que Ángel Accino era uno de los favoritos para ganar la carrera, así que me coloqué tras él bajo el arco de meta y lo seguí tras el pistoletazo de salida.
Tan solo Raúl Sudri iba por delante nuestra, pero no tardamos en alcanzarlo y bajamos a todo gas por la carretera paralela a la Avenida de la Libertad, frente al Aqualand.
Me sorprendió ver que el primer kilómetro salió a 2:59 y que tenía a Ángel al alcance de la mano aún pero se escuchaba toda una galopada a apenas unos metros persiguiéndonos por detrás y quedaba mucha carrera.
No tardamos en afrontar la primera cuesta del recorrido, donde pensaba que me empezaría a quedar atrás, pero me encontré fuerte y decidí seguir pegado a Ángel.
No tardaría mucho en cambiar de opinión y dejé que poco a poco empezase a ganarme metros, ya que notaba que iba un puntito por encima del ritmo que debería.
En el tercer kilómetros nos cogieron Dani Moreno, que rápidamente se colocó junto a Ángel y Rachid, que iba a unos metros pero también me iba sacando distancia.
En la bajada por la Avenida Palma de Mallorca perdí momentáneamente a la cabeza de carrera, pero ya tenía a Rachid estabilizado a unos 150 metros por delante, así que me concentré en recortarle poco a poco esa ventaja.
Al llegar al ascenso, por la parte peatonal por donde antaño comenzaba la media maratón de Torremolinos, tenía a los tres corredores al alcance de la vista de nuevo y aproveché para apretar un poco.
Tardé algo más de un kilómetro, pero alcancé a Rachid en la Calle de Boscán y sabiendo que quedaba poco más de dos kilómetros para meta y venían cuestas, llegaba el momento de la verdad.
Poco a poco parecía que escuchaba más distantes los pasos de Rachid y que recortaba la distancia con Ángel y Dani, pero no quería confiarme, mirar atrás ni ojear si quiera el reloj, iba concentrado en el asfalto ante mi y con la vista fija en las camisetas del Nerja.
En el breve descenso hacia el Molino de Batán llegué a pensar que podía llegar a alcanzarlos, pero apretaron en cuanto llegaron al camino de los pinares y me quité la idea de la cabeza.
Además, volví a escuchar con más fuerza los pasos de Rachid, pero no estaba dispuesto a ceder la posición sin luchar, así que apreté los dientes mientras recordaba como me adelantó en ese mismo punto Ignacio Morón, del Bewor, en la media maratón del pasado febrero.
El público animaba a mi paso, pero con más fervor a mi perseguidor, como es obvio, al ser del club local, pero utilizaba los segundos entre que pasaba y lo vitoreaban para calcular la ventaja que tenía.
Al girar hacia la cuesta de la pista de atletismo ya dejé de pensar y apreté el ritmo, metiendo la penúltima marcha y la última ya en cuanto pisé el tartán, tropezando incluso en el primer apoyo pero recuperando rápidamente el equilibrio y acelerando hacia la meta.
Felicité a Ángel y Dani, a Rachid en cuanto entró y a Riccardo, que de ir octavo en el inicio del último kilómetro, acabó quinto, haciendo una gran carrera de menos a más.
Por categorías compartiríamos podio además, ya que Dani es veterano A y Ángel, servidor y él seniors.
De buen gusto me hubiese tirado en el césped para descansar, pero tenía muy presente que me quedaban todavía 35 minutos para completar el entreno, así que tras beberme un botellín de agua salí al trote con Riccardo para dar una buena vuelta por parte del recorrido de la media maratón de Torremolinos.
Llegamos con tiempo para ver las pruebas de los niños, con un cielo ahora cubierto y una brisa deliciosa que ojalá nos hubiese acompañado en la carrera, ya que nos hizo bastante calor.
Nos llevamos seis medallas (siete con Riccardo), nada mal teniendo en cuenta que la prueba había tenido una gran participación (la inscripción era gratuita y había avituallamiento en meta, medallas y camisetas por categorías, servicio de fisios...).
En definitiva, una gran mañana de atletismo para toda la familia y como anécdota, me llevo MMP en 5k en la prueba pese al desnivel, dejándola en 16:07 ;)