Revista Cocina
Ultimamente no paro de publicar elaboraciones dulces. Estoy de un empalagoso que no puedo conmigo misma. No creáis que sólo como dulce, que la verdad es como para pensarlo, es que las cosas han surgido así y así se han quedado.
Normalmente hago un pequeño esfuerzo por intercalar alguna que otra receta salada entre tanto goloseo pero para ello tengo que tener tiempo que dedicar a la cocina, a la fotografía y a la edición de la entrada. Y eso es algo que veo muy poquito desde hace meses...y de lo que voy a ver incluso menor a partir de ahora porque los exámenes del último trimestre están a la vuelta de la esquina.
La elaboración de hoy es sencilla a más no poder pero bien lucida y una salida rápida si queremos tener un original bocado listo en un abrir y cerrar de ojos. Perfecto para esos cafés de después de comer porque el chocolate no le puede ir mejor al momento. Al menos eso pienso yo.
Para elaborar estos choco-macarons tan sólo necesitamos los moldes de Silikomart y chocolates negro y blanco (o cualquier otra combinación que se os antoje).
Fundimos el chocolate que vayamos a utilizar para las conchas de los macarons, que en mi caso fue el chocolate negro. Yo lo hago en el microondas, con golpes de calor de 30 segundos cada uno y removiendo entre golpe y golpe para asegurarme de que no se quema el chocolate. También se puede hacer al baño maría y entonces si que no se quemará.
Una vez fundido el chocolate, rellenamos cada una de las cavidades del molde y lo introducimos en la nevera para que se endurezca.
Una vez duras las conchas, las desmoldamos y colocamos sobre una superficie plan (una bandeja, un plato, etc).
Fundimos el chocolate para el relleno (yo opté por el blanco) procediendo de la misma manera que con el chocolate anterior y dejamos que se atempere un poco.
Vertemos una pequeña cantidad del chocolate blanco sobre la mitad de las conchas y esperamos que empiece a endurecer. Colocamos las otras mitades encima, presionando ligeramente para que el relleno se extienda (sin derramarse) hasta el extremo de las conchas, y dejamos enfriar en la nevera hasta el momento de disfrutar de ellos.
Bon apetit!