Gran Pirámide de Giza y Esfinge. por Grade1 2013
Los bloques con los que está construida la Gran Pirámide de Guiza suman un total de 2 millones 300 mil. Fue construida alrededor del año 2570 a.C. en los tiempos del faraón Khufu (Keops) de la dinastía IV. Si bien, actualmente se ven los bloques a la vista del espectador, hasta el siglo XV estuvo recubierta por una capa de caliza blanca pulida, hasta que un terremoto tiró parte de la cobertura y el resto fue utilizado por los otomanos para construir varios de los edificios de la cercana ciudad de El Cairo.
Dado que esa cobertura de caliza no se aprecia en la Gran Pirámide, se puede observar la caliza numulítica con la que se hicieron los bloques de 2.5 toneladas de peso cada uno. Herodoto describió desde el 430 a.C. la naturaleza peculiar de la caliza numulítica, llamada así porque se conformaba de muchas piezas de forma y tamaño semejantes a las monedas, por lo que las que llamó nummuli, "monedas" en latín. Herodoto pensó que se trataba de las lentejas que comían los constructores originales que se les habían caído y petrificado dentro de los bloques. Aunque fascinante su historia, la caliza numulítica tiene una historia mucho más interesante.
Gigantes entre su clase: los foraminíferosLa caliza numulítica se compone de restos fósiles de Nummulites, que son protozoarios parientes de las amebas que crecen hasta alcanzar los centímetros de tamaño. Estos seres unicelulares viven dentro de conchas de carbonato de calcio y es esta concha lo único que queda cuando la célula muere. Forman parte de un grupo de protozoarios conocido como foraminíferos y la acumulación de sus conchas en el fondo del mar donde vivían estas criaturas permite la creación de los grandes depósitos de caliza.Los numulites vivieron entre hace 60 y 25 millones de años, cuando la mayor parte de Europa y África del Norte estaban cubiertas por un océano (paleo-océano) llamado Tethys. Durante esta época millones de numulites vivieron y se reprodujeron hasta generar grandes depósitos de caliza que hace 4,500 años utilizarían los habitantes de Guiza para construir las pirámides. Sin embargo, si bien se ha logrado comprender su naturaleza y su origen, lo cierto es que lo asombroso es que seres compuestos de una sola célula sean capaces de crecer hasta 10 centímetros, mientras que otros no ¿por qué no vemos más células gigantes?
Nummulites visto por arriba y cortado horizontalmente. R A Lydekker
Las células se alimentan a través de la difusión de su alimento por la membrana celular. El problema es que las células, conforme aumentan de volumen no aumentan su superficie de manera proporcional, por lo que tras cierto límite, la cantidad de alimento que se difunde por la membrana no es suficiente para alimentar a todo el volumen celular. Esta limitación del ratio masa/volumen debe resolverse mediante el incremento de la superficie de membrana celular sin el incremento de volumen; o bien, mediante la incorporación de una estrategia que permita introducir alimento de una forma auxiliar y complementaria a la difusión. Los numulites pertenecen a un orden de protistas (Foraminifera) de la superclase Rhizopoda a la que pertenecen también las amebas, viven en ambientes marinos y todos poseen una concha o testa.Dado que los foraminíferos en general crecen dentro de sus pequeñas conchas, que se componen de varias cámaras interconectadas que van aumentando en tamaño y número, el volumen de los organismos aumenta de manera desproporcional a la superficie membranal, que recubre más espacio. De ese modo, la difusión de desechos o nutrientes se ve facilitada. Los foraminiferos tienen muchos hábitos alimenticios: unos se alimentan del sustrato en el que viven, otros de los detritus marinos, otros extienden sus pseudópodos (proyecciones de la célula) para recoger partículas suspendidas en la columna de agua y otros cazan a otros protistas o pequeños animales.
Sobre los numulites y la formación de rocas
Cubierta del libro de la Nummulosphere, imagen del
Museo de Historia Natural de Londres.
Licencia Fair use. Wikimedia Commons.
El hallazgo de que estos organismos pudieran formar grandes depósitos de roca (pongámoslo en perspectiva: la cantera de caliza numulítica de Guiza permitió levantar tres pirámides y seguir existiendo), llevó al zoólogo británico Randolph Kirkpatrick (1863-1950) proponer la idea de que absolutamente todas las rocas del mundo se habían formado por la deposición de foraminíferos en el suelo marino (1913). Por lo que acuñó en el término de numulósfera ("esfera de Nummulites"), en contraposición del término litósfera ("esfera de roca"). Si bien es una hipótesis inusual, las rocas se forman por el depósito de muchos materiales o sedimentos, las rocas sedimentarias, o por la solidificación (cristalización) de material volcánico, las rocas ígneas, mientras que otras se forman por la compresión de los otros dos tipos de rocas, las rocas metamórficas.
La especie que se depositó en la Cantera Mokattam, que está a las afueras de El Cairo, se denominó como Nummulites gizehnsis y vivió durante el Mioceno medio (hace entre 48 y 37 millones de años), cuando en aquella región desértica se encontraba un arrecife coralino. Su tamaño tan gigantesco pudo deberse no solamente a su concha que aumentaba la superficie, sino a que en su interior realizaba simbiosis con pequeñas algas que se protegían en su concha y le proveían de más alimento. Dado que en un arrecife la cantidad de luz recibida es suficiente, estas colonias de protozoarios pudieron proliferar tanto que permitieron al los egipcios construir tan majestuosas obras que sobreviven al día de hoy.
Si esto no ayuda a cambiar su perspectiva de lo pequeño y lo grande, y de cómo algo muy pequeño puede ser parte de algo mucho más grande, pocas cosas lo harán.
Fuentes:
Para más imágenes de foraminíferos e información en general, da clic en la liga a esta página de University College London del proyecto MIRACLE (Microfossil image recovery and circulation for learning and education): Foraminifera.
- Nummulites gizehnsis. Museo de Historia Natural de Londres.
- Gould, S. J. (1992) El Viejo Loco Randolph Kirkpatrick. En El pulgar del panda: más reflexiones sobre la Historia Natural.