Aunque aquí en Asturias estamos teniendo un mes de diciembre primaveral,
es la época de platos de cuchara,
por lo que ha llegado el momento de que en mi blog aparezca el cocido leonés (o maragato),
que suelo preparar al menos una vez al año, por las raíces que me unen a esa fantástica tierra castellana.
- Poner en remojo la noche anterior los garbanzos, y en otro recipiente el lacón, la cecina y la lengua.
- Al día siguiente limpiar muy bien las manitas y la oreja, quemando los pelos que aún pudieran tener, y lavar en varias aguas. Cortar a la mitad a lo largo.
- Poner en una cazuela grande todas las carnes, cubrir con abundante agua fría, dejar que hiervan y espumar.
- Cuando ya no suelten espuma, incorporar los garbanzos y dejar cocer 2 ó 3 horas o hasta ver que los garbanzos están tiernos (se puede hacer en una olla rápida).
- Lavar y picar la berza y las patatas y ponerlas en agua hirviendo con sal. Bajar el fuego y cocer unos 20/30 minutos.
- Cortar los ajos en láminas y dorarlos en una sartén con aceite.
- Apagar el fuego, añadir dos cucharaditas de pimentón, y regar el repollo y patatas con el refrito.
- Sacar el caldo de la cocción del cocido y poner a hervir.
- Incorporar los fideos y cocer 5 minutos (depende del grosor del fideo).
Para degustar el cocido maragato, se toman en primer lugar, las carnes y embutidos, continuando por los garbanzos, el repollo y terminando por la sopa.
Generalmente, el cocido se toma en el orden contrario: primero la sopa, para continuar con los garbanzos con el repollo y finalmente las carnes y embutidos, o presentar las carnes cortadas en trocitos pequeños y poner la bandeja en la mesa, para que cada comensal se vaya sirviendo a su gusto mezclándolo con los garbanzos.
Sea como sea, es un plato contundente pero que, aunque sólamente sea una vez al año, se puede disfrutar de él porque es de esos platos tradicionales y exquisitos que no se deben perder...