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Segunda película de Duncan Jones, con la ciencia ficción de telón de fondo, pero con mucho más por encima.
La película trata sobre Colter Stevens, un soldado americano que participa en un experimento del gobierno, donde gracias a una nueva tecnología, puede meterse en la menta de una persona recién muerta y revivir sus últimos 8 minutos. Es usado para descubrir a un terrorista que ha volado un tren entero, y planea desbordar el centro de Chicago. Para ello, es enviado en numerosas ocasiones al interior de uno de los pasajeros del tren, donde además de ir consiguiendo pistas que le lleven hasta el terrorista, también va descubriendo cosas sobre si mismo.
Duncan Jones, lo ha vuelto a hacer, si con Moon, nos sorprendió, esta vez ha confirmado lo buen director que esta llegando a ser. Una estupenda narración, que mantiene la tensión y el interés a lo largo de toda la película, y eso que la película, no deja de ser una repetición de la misma escena, pero con distintos giros. Un gran cast para los personajes principales, que ayuda mucho a creerte el film. Partiendo de una historia de ciencia ficción, ha sido capaz de transmitir sobre los sentimientos humanos, mucho más que muchos de los dramas que intentan hacerlo.
Las escenas de acción, están también muy bien rodadas, ya que las hace sin ningún artificio, tal cual deberían ser, y ademas sin abusar de ellas.
El protagonista es un gran Jake Gylenhaal, que borda su personaje, y lo hace del todo creíble, en cualquiera de las etapas por las que pasa su personaje. Michelle Monagham, le hace la comparsa perfecta, y tiene muy buena química con Jake. Vera Farmiga, a la cual descubrí en Up in the Air, también me parece que cumple con su papel de manera brillante.
Sin duda un gran relato, que una premisa de cine de autor o menor, acaba siendo una muy buena película, tan valida para el que va buscando el cine comercial, como el que busca algo más.
Recomiendo la película.