Cuando cambiamos nuestro estilo de vida y nos pasamos a una alimentación paleolítica o ancestral, el hecho de que ya no vamos a depender de aquellos ingredientes baratos y de relleno que habitualmente teníamos costumbre de comprar, nos puede resultar, cuanto menos, intimidante. Hemos suprimido el pan, la pasta, los cereales, los aceites vegetales, y en su lugar hemos llenado nuestros frigoríficos y despensas con verdura, carne, pescado, fruta, frutos secos, grasas y aceites de calidad.
El concepto de la nutrición evolutiva gira en torno a nuestra dependencia de comida real, alimentos enteros que se encuentran en la naturaleza en un formato fácilmente asimilable y que requieren de un procesamiento mínimo entre su estado inicial y el momento de su ingesta. Este, junto con el hecho de consumir alimentos de mayor calidad, es uno de los aspectos de la nutrición evolutiva que, para mi, tiene más sentido. Sin embargo, comprar alimentos de la mejor calidad, puede suponer un incremento importante en nuestro presupuesto.
A continuación quiero compartir con vosotros algunos consejos para hacer posible que el mayor número de personas tengan la oportunidad de alimentarse con comida real y nutritiva. Algunos de estos consejos van dirigidos directamente al ahorro en nuestras compras, mientras que otros supondrán una reorganización de nuestras prioridades, a nivel presupuestario o personal, que nos permita, o bien ahorrarnos una cantidad considerable de dinero, o gastar unos euros de más al mes en nuestra alimentación, en nuestra salud.
Compra de temporada y local
Compra cortes de carne más baratos
Cuando consideramos consumir carne, es muy habitual pensar en entrecots, chuletas y filetes, y la gente muchas veces se hace de menos si tiene que recurrir a otros cortes más baratos. Pero la realidad es que esas piezas que se suelen cocinar lentamente, cuanto más lento mejor, no solamente resultan especialmente sabrosas, sino que son mucho más saludables y fáciles de digerir. La carne picada también resulta mucho más económica y es extremadamente versátil; yo consumo mucha carne picada, seguramente más que cualquier otro corte.
Compra en grandes cantidades
Esto suele funcionar bien en el caso de la carne y los frutos secos. Si puedes contactar con un ganadero de confianza que esté dispuesto a tener en cuenta tus deseos y necesidades, es posible que puedas llegar a un acuerdo, tanto en lo que se refiere a calidad como a precio por cantidad. En mi caso, esto me permite comprar carne ecológica alimentada 100% con pasto y ahorrarme un buen dinero al pedir en grandes cantidades, compartiendo una vaca con otras personas. En este caso hay que hacer una pequeña inversión inicial en la compra de un arcón congelador (yo conseguí el que tenemos en casa a muy buen precio porque era de exposición y tenía algún golpe), pero el ahorro a largo plazo es importante, y además esto garantiza que siempre tendremos disponible carne y grasas de calidad, y de esta manera también vamos a ahorrar tiempo en hacer la compra. Si no tienes esta posibilidad, otra opción es juntar un grupo de personas para hacer un pedido grande entre todos.
Consume casquería
Ésta es muy densa a nivel nutricional y en muchas ocasiones es menos cara, puesto que es algo que la mayoría de las personas no consumen. Hígado, corazón, riñón, mollejas, sesos, menudo, lengua, manitas, etc. Casi siempre son más ricos en micronutrientes; es la mejor manera de sacarle mayor provecho (nutricional) a nuestros euros.Aprende a hacer caldo de huesos
Continuamos con el concepto de “comer el animal entero” (nose-to-tail eating – trad. comer de la nariz hasta la cola). Si lo que quieres es un alimento rico en minerales, no busques más: el caldo hecho con huesos (de carne, aves o pescado) es el alimento que más minerales es capaz de extraer. Lo bueno es que los minerales no se destruyen durante la cocción como ocurre con las vitaminas, sino que pasan al agua, haciendo del caldo un alimento muy denso a nivel nutricional y sobretodo, barato. Voy a añadir que, si así lo deseas, los huesos se pueden reutilizar hasta que se deshagan (yo he podido sacar al menos 15 litros de caldo de una misma tanda de huesos, todos ellos con un sabor excepcional). Y no se te ocurra tirar a la basura la carcasa que te ha quedado después de asar un pollo, o los huesos de las costillas; todo ello se puede convertir en un rico y saludable caldo.
Gasta más en animales que en plantas
Existe una mayor diferencia de calidad entre la peor carne y la mejor carne, que entre la peor lechuga y la mejor lechuga. Próximamente tengo previsto publicar un artículo ampliando información sobre las calidades y prioridades de cada grupo de alimentos.
Come huevos
Los huevos son baratos, saciantes, saludables y se pueden preparar de muchas maneras distintas. Los huevos que consumimos en casa provienen de gallinas felices que viven a sus anchas en el campo, son orgánicos y cuestan 3€/docena. Hagamos el cálculo.Fermenta tus propios alimentos
Si consumes kefir de leche y lo compras en una tienda, sabrás que es un producto bastante caro. Los alimentos fermentados, como el kefir, el chucrut y otras hortalizas, la kombucha y el yogur, son otro grupo de alimentos nutricionalmente densos y de las mejores fuentes de probióticos que existen. Y la buena noticia es que, si los preparas en casa, resultan una opción económica y muy sencilla de elaborar.
Hazte amigo de un cazador
Si conoces a un cazador, estás de suerte. No es fácil comerse un ciervo o un jabalí entero, y según me cuentan, parte de la belleza de cazar se encuentra en compartir.
Cambia tus prioridades
A veces la opción de poder gastar un poco más de dinero en la alimentación se reduce a reconsiderar nuestras prioridades. ¿Tienes un buen coche (o dos)? ¿Únicamente lo coges cuando es totalmente necesario? ¿Quizás tengas un teléfono de última generación con plan de datos? ¿Cuánto te gastas en cafés/cervezas/*insertar costumbre* a la semana? ¿Sales a menudo a comer o a cenar? Identifica en qué estás gastando dinero que no afecte de manera directa y positiva a tu salud física y emocional. Estudia tu situación económica para descubrir dónde estás gastando más de lo necesario, y es posible que puedas destinar unos cuantos euros más a la semana a comida de calidad.
Otra opción que afectaría a tu gestión de tiempo y ocio sería consultar la posibilidad de trabajar como voluntario/a, algún fin de semana, en la huerta de un agricultor que conozcas. Lo más seguro es que agradezcan la ayuda y la compañía, y que al final de la jornada te vendan a un precio muy reducido, o incluso te regalen, una cesta que te alimentará a ti y a tu familia durante toda la semana. Además habrás disfrutado de un día respirando aire fresco y absorbiendo los rayos del sol. Lo que me lleva al último punto…
Aprovéchate de las cosas que son gratis
El sol es gratis. El agua es gratis. Pasear descalzo es gratis. Dormir es gratis (siempre y cuando no lo hagas en el trabajo). Tener una razón de ser es gratis.
“¿Pero esto a cuento de qué viene? ¿No estábamos hablando de comida?”
Así es, pero en el fondo de lo que trata todo esto, realmente es de la salud, de la felicidad, de la coherencia. En el camino hacia la salud, existen más cosas aparte de la comida, y en nuestro camino por esta vida, hay otras cosas aparte de la salud.
Pero ese, ciertamente, es un tema distinto. Y si quieres encontrar alimentos gratis, durante los paseos también se recolecta: moras, fresas, romero, laurel, castañas, setas…
No utilices el dinero como una excusa para no empezar a alimentarte de manera coherente. Inténtalo durante un mes. Y si obtienes resultados que merecen la pena, encontrarás maneras de darle prioridad a las cosas que te importan. Observa cómo te llega el ahorro; ¿estás gastando menos en remedios para los resfriados, en recetas médicas? ¿ya no necesitas esas cremas para el acné?
¿Cuáles son tus mejores consejos para ahorrar dinero mientras disfrutas de una alimentación paleo? ¡Compártelos en los comentarios!