Nuestra visita a Alemania fue corta, apenas tres días, tiempo para ver las dos ciudades pero no para dar las mejores recomendaciones de locales de comida alemana. Lo que si nos dio tiempo fue para probar varios sitios típicos y hacernos una idea de la cocina más turística de la cocina de Renania-Westfalia.
La cocina alemana no es de las mejores de Europa. No se arrastra en el escalafón bajo de la cocina inglesa pero es bastante previsible: asan carne, principalmente cerdo, y le dan formas artificiales tipo jamón asado o salchichas, a eso le ponen pures, col o patata y listo, ya tienes el plato. Algunos están buenísimos pero pueden terminar cansando.
Lo que está bien saber es como funciona el tema de la cerveza: beben cañas. Nada de grandes jarras de cerveza. Toman cañas de cerveza casera pero con un gran sistema para pedir, solicitas la primera y listo. Los camareros pasean con grandes bandejas llenas de cerveza y siempre que vean que la tienes vacía te la cambian, te hacen una marca en el posavasos y así hasta que te canses. Cuando no quieras más pones el posavasos encima y si quieres pagar lo pones con la parte marcada cara arriba. ¿Es genial o no? Para los niños en las cervecerías no hay refrescos, o agua o limonada que es la bebida sin alcohol del local y no es algo fijo.
AVISO 1: el agua es prohibitiva. Cuesta más que la cerveza. La botella de litro ronda los 6 euros y si viene en botella te cascan 25 céntimos más de impuesto al plástico
AVISO 2: La tarjeta de crédito parece que no ha llegado al país, se parece a España en los 90. No la aceptan casi en ningún lado.
Düsseldorf
La capital del estado. Una ciudad pequeña, llena de vida y con muchos locales para beber y salir. Para comer tienen cierta sobredosis de locales cocina asiática; la ciudad contiene una comunidad japonesa muy grande y se nota en algunas zonas.
Para comer cocina tradicional la opción por la que nos decantamos fue Uerige (Berger Str. 1), una cervecería con su carta de productos típicos y un servicio bastante peculiar. En toda la zona lo es. Tienen fama de bordes pero realmente van a lo suyo, te toman nota cuando toca y te traen cerveza sin parar.
La cocina no puede ser más tradicional y la carta en perfecto alemán (bendito google lens) ofrece lo más típico de la zona. Y eso probamos
- Haxe: el codillo. Lo asan bien, nada de esa preparación cocida que nos ponen aquí. Está asado, con la piel crujiente como un torrezno. Una delicia.
- Schnitzel: Escalope. Es un plato traído de la cocina austriaca pero que está por todas partes en esta zona de Alemania
- Currywurst: la salchicha típica. Asada. Siempre cortada en trozos y servida con mucha salsa de tomate y curry.
- Spanferkel-rollbraten: cerdo asado acompañado de su ensalada de col y patatas.
Para beber, cañas de cerveza artesanal de alta fermentación de marca propia: Uerige, a 2,85€ cada una. Con mucha espuma y color pero más suave de lo que aparentaba. Para los niños, la limonada era un preparado de manzana con gas que daba la impresión de cerveza. La cuenta total para 4 fue de un poco más de 80 euros.
Dentro de la misma zona, el altstadt, también probamos Hexe. Un local algo turístico con los mismo platos pero más barato. Con buen servicio pero con cocina de peor calidad, pedimos lo mismo y el precio fue de 63 euros.
Carlsplatz Markt: en la plaza del mismo nombre se encuentra este pequeño mercado. Semi abierto, coqueto y con varios locales para comer. Aunque aquí no hay muchos productos típicos si hay, en una esquinita, un puesto de bocadillos de productos alemanes. Es una cadena Schlemmermeyer de formas de asar cerdo en bocata. Tienes salchichas de muchos tipos, cerdo y jamón asado y la típica currywurst. Un sitio para tomar algo rápido y barato, el bocadillo sale por unos 4,5€ y las bratwurst están de vicio!
Colonia:
La segunda ciudad de la zona, casi más importante que Dusseldorf económicamente tiene también más cosas que ver como su imponente catedral o el paseo junto al Rhin. Un sitio típico para comer allí es Päffgen (Friesenstraße 64-66). Una cervecería con mucho encanto: los barriles están en el pasillo, continuamente los están cambiando y llenando bandejas con vasos de caña que continuamente van cambiando.
La carta es más amplia que en Uerige pero del mismo tipo. El servicio clavado. La cerveza: el mismo formato "refill", artesanal pero más ligera y más barata (2,1€ la caña)
- Sauerbraten: asado de carne adobada con salsa y especias.
- Dicke Bunne met speck: habas con tocino. Un preparado de habas en salsa de setas con dos lonchas de tocino cocido.
- 3/4 Meter Bartwurst.
La comanda salió por 62,4€, no fue excesivamente caro y es un sitio que os recomendamos visitar sin dudarlo.
Pues venga. Ya sabes un poco más de Alemania ¿a qué esperas para ir de escapada?