En verano, cuando el calor aprieta, es frecuente tener menos ganas de comer o incluso perder completamente el apetito. En los días de mucho calor el gazpacho andaluz puede convertirse en un buen aliado a la hora de comer, ya que además de ser una importante fuente de antioxidantes y vitaminas, esta sopa fría ayuda a combatir el calor, convirtiéndose en un atractivo refresco o entrante.
Existen multitud de variaciones a la hora de preparar un gazpacho andaluz, pero sin duda el ingrediente fundamental es el tomate, que le da su característico color rojo y muchos de sus conocidos beneficios nutricionales.
Otras hortalizas presentes en el gazpacho andaluz son el pepino, el pimiento verde y el pimiento rojo, la cebolla y el ajo. Cada cocinero varía la proporción de verduras empleadas para hacer el gazpacho, incluso hay quien incorpora restos de pan duro para espesar la mezcla.
Con todos estos ingredientes, el gazpacho andaluz es una fuente natural de vitaminas (principalmente vitamina A, vitamina C y vitamina E), minerales (fósforo, hierro, calcio, magnesio, zinc, sodio, etc.) y antioxidantes. Por su composición de sales el gazpacho se considera una bebida isotónica, ideal para los meses de calor. Además, el consumo regular de gazpacho previene la aparición de algunos tipos de cáncer, debido a la presencia de carotenos en hortalizas como el tomate.
En los últimos años, muchos supermercados han comenzado a ofertar gazpacho industrial, sin embargo, hay que tener presente que sus propiedades nutricionales son inferiores a las del gazpacho casero. Como sucede con los platos elaborados a partir de ingredientes frescos, lo mejor es consumir el gazpacho recién hecho, para aprovechar al máximo las propiedades vitamínicas de las hortalizas, pero si vamos mal de tiempo, podemos prepararlo con antelación y enfriarlo en la nevera o dejarlo listo para un día de playa.