La semana pasada celebraron su primera convención internacional, con presencia de los miembros del equipo que desarrollan el proyecto en Francia, UK, Alemania, Portugal, Italia y, por supuesto, toda la plantilla de España.
Muchos no se conocían y, aún más grave, no tenían una visión global del proyecto.
Pero quizás es necesario empezar por el principio.
Hace ya cinco años que nació Vinopremier.com, como una evolución lógica de una larga amistad de sus dos socios fundadores, Carlos y Daniel, quienes, de forma separada, habían desarrollado sus carreras profesionales y negocios en el mundo de e-commerce y la distribución de vinos, respectivamente.
Aquel Agosto de 2008, en Segovia hacía un calor de castigo y tras una buena comida, acompañada de su digestivo de prescripción, Carlos y Daniel hablaban con un grupo de amigos y familiares que se interesaban por el negocio de ambos y, de una forma natural alguien puso encima de la mesa la pregunta que engendró el proyecto –“ ¿por qué no se vende vino por internet?” – .
Tanto Carlos como Daniel explicaron las dificultades del posible negocio. Por un lado, es un producto delicado, muy pesado y de difícil manejo. Carlos estaba acostumbrado al negocio de la telefonía, donde desde su empresa Andotel, vendía a terminales a más de 40 países.
Daniel explicaba que la experiencia de compra del vino era difícil de replicar a través del comercio electrónico. El cliente requiere asesoramiento y para ello necesita una interacción, un conocimiento, en definitiva, una cercanía, que se hacía complicado vía Internet.
Sin embargo, el grupo de amigos, probablemente animado por las botellas descorchadas durante la comida, se convirtió en el grupo de opinión más estricto al que se ha enfrentado el proyecto. Uno de los presentes sentenció “No todos vivimos en Madrid o Barcelona, en los pequeños pueblos y ciudades, es difícil acceder a una buena variedad de vinos” otro participante apostilló “no todas las bodegas son multinacionales, muchas necesitan apoyo para poder posicionarse online o incluso exportar” para otros los problemas eran de otro tipo “yo solo sé si me gusta o no el vino, me gusta que me recomienden y si me lo ponen en casa, perfecto”.
La batalla fue dura, Carlos y Daniel defendieron su negativa inicial con gran presteza, pero, al final de la tarde – unos cuantos gin-tonics después – fue necesaria una rendición de la posición negativa inicial.
Unas semanas más tarde, se había constituido una sociedad y Carlos tenía al equipo de diseño y programación trabajando en una plataforma.
El trabajo de programación inicial duró más de 6 meses, pero tras el duro trabajo se obtuvo una beta perfectamente funcional. El primer lanzamiento de la plataforma se realizó a mitad del año 2009 y la primera venta se alcanzó casi doce meses después de aquella “fatídica comida”.
Una vez rodados los primeros meses, tras un gran aprendizaje basado en la suma de soluciones de problemas, alguien dijo en alto la frase de “hay que echar abajo la plataforma y reconstruir”.
Esto fue un duro golpe, había poco tiempo, pocos recursos y habían consumido mucha energía.
Sin embargo, para ese momento, con un número significativo de parches, se había conseguido superar la cifra de 500 pedidos. Además, de forma recurrente había clientes extranjeros que contactaban para preguntar si Vinopremier atendía pedidos internacionales.
El equipo de diseño se puso manos a la obra, con una batería inagotable de ideas y problemáticas surgidas durante los meses de funcionamiento anterior.
Una vez acabaron esa “tormenta de ideas”, (tormenta es una manera amable de calificarlo, aquello fue lo más parecido a un holocausto de ideas, que duró más de dos meses) se obtuvo el esquema del desarrollo necesario para la nueva plataforma. Literalmente se encerró al equipo de programación durante varias semanas hasta que se obtuvo una plataforma perfectamente integrada con los sistemas de gestión, contable, logístico, etc. Y, además, con un diseño que transmitía una marca que representaba la imagen que los fundadores querían transmitir, un servicio exclusivo y de extrema calidad, Vinopremier.com.
Una vez testada la nueva plataforma y contando con una base de más de 100.000 usuarios en España, fue el momento de iniciar el proceso de internacionalización. Para ello, en Septiembre de 2012 se dio entrada a Cameo Investments, una pequeña empresa de inversión que encauza fondos de las tres F´s, Friends, Family and Fools (Amigos, Familia y Locos, que normalmente coinciden).
Con esta primera ronda de inversión, se consiguieron los fondos para desarrollar el club de suscripción, Boxpremier y dar los primeros pasos en los mercados europeos, así como una prospección en Latam.
Durante el año 2013 se han realizado consiguientes rondas de financiación, por valor superior a 600.000 euros. En Octubre de este año, ENISA confirmó su apoyo al proyecto con un préstamo participativo de 150.000€.
Con estos fondos se ha contratado un equipo de 18 profesionales, varios de ellos personas que se encontraban en situación de desempleo. Se ha abierto sociedades en UK, Francia, Alemania, Portugal, Italia y seguimos con los planes de desembarco en Latam.
Desde el lanzamiento del proyecto, se han gestionado más de 10.000 pedidos, se apoya a la internacionalización y presencia online de sesenta bodegas y productores gourmet. Vinopremier hoy cuenta con una base de clientes de 450.000 usuarios y creciendo día a día.
Retomando la reunión de la pasada semana, Carlos y Daniel explicaron al equipo las guías generales del plan de negocio, de la estrategia a seguir en los siguientes meses, para hacer crecer el proyecto, asegurar un futuro de para todos, trabajos de calidad y un servicio único para los clientes.
Las últimas sorpresas anunciadas pasaron por explicar la apertura de las dos primeras tiendas físicas y el plan de expansión de esta nueva línea de negocio, el lanzamiento de un programa de catas virtuales, la presencia en el canal HORECA, la creación de un Marketplace para bodegas…. Como le gusta repetir a este equipo, el problema es priorizar la ejecución de todas las ideas que se tienen, por la limitación del tiempo, pero el proyecto está madurando como los grandes vinos.
Luego fuimos a comer cochinillo, el cual regamos con un excelente Ribera. En Vinopremier tenemos espíritu y ambición internacional, pero orgullosos de nuestras raíces segovianas.