Si necesitas razones para estar enamorado, no estás enamorado.
Si sientes que estás en una estación de paso esperando por otro tren, no estás enamorado.
Si hay días en que le quieres y días en que no le quieres, no estás enamorado.
Si no te sientes capaz de hacer algo ridículo por el otro, no estás enamorado.
Si cuando está, te agobia y cuando no está, le necesitas, no estás enamorado.
Si te da miedo abrirle las puertas de tu vida de par en par, no estás enamorado.
Si tienes que confeccionar una lista de sus virtudes para recordarte porqué estás con esa persona, no estás enamorado.
Si necesitas que sea más alto, más delgada, más detallista o más popular para quererle, no estás enamorado.
Si nunca has tenido ganas de hacerle el amor como si no hubiera un mañana, no estás enamorado.
Si tienes que luchar para sentir, no estás enamorado.
Si tu principal motivo para estar con esa persona es que te quiere y te trata bien, no estás enamorado.
Si no le ves en tu futuro y a duras penas, en tu presente; no estás enamorado.
Si tienes que ponerte mil excusas -estoy deprimido, estoy raro, tengo miedo- para justificar tu falta de ganas…no estás enamorado.
Si fantaseas con otras vidas, otras relaciones y otras personas; no estás enamorado.
Si te estás poniendo un plazo para ver si te enamoras…no estás enamorado (y no te vas a enamorar).
Si temes más a tu soledad que a su pérdida…no estás enamorado.
Si no sientes que este es tu tren definitivo y la estación en la que deserías bajarte, no estás enamorado.
Si tienes que buscar en Internet para que otros te digan que estás enamorado, no estás enamorado.