Soy esa noche de placer,
la de la entrega sin papel.
Soy tu castigo.
Porque en tu falsa intimidad
en cada abrazo que le das
sueñas conmigo.
Soy el pecado que te dio
nueva ilusión en el amor.
Soy lo prohibido.
Soy ese amor que negarás
para salvar tu dignidad.
Soy lo prohibido.
(Roberto Cantoral, Francisco Dino López Ramos)
A lo mejor desde el momento que nos dijeron que hay cosas que no podemos hacer, es que deseamos constantemente hacer lo contrario. Como un pecado original se adquiere un inmenso deseo por lo prohibido, así ha pasado que dan ganas de hacer cosas que sabemos que están en contra de lo establecido desde lanzarle una piedra a un carabinero. Hasta tener sexo con algunas mujeres, lo que no debemos tiene ese encanto asesino que nos persigue de los momentos más crudos que cada uno lleva dentro de su mente.
Algunos son más audaces como Catherine Ballard (Deborah Kara Unger) que se encuentra en un hangar donde los aviones en mudo silencio son testigos de ese sexo oculto que ella tiene con un hombre, aunque pareciera ser que el placer parece estar más cerca del contacto del frío metal del avión que el cuerpo del amante. En una escena que pareciera ser el comienzo de una película pornográfica, en realidad por el camino que avanzaremos está cercano al erotismo más intenso de Cronenberg mezclado con el retorcijo de fierros y cables con olor a metal. Pero la adrenalina del momento parece llevar a cada uno por los caminos más profundos del sexo, mientras en pleno proceso de rodaje se busca incansablemente a James Ballard (James Spader) para que analice una escena, cuando en realidad el se encuentra en pleno encuentro con una mujer. Pero como si les excitara más después James y Catherine prefieren conversar en el balcón de sus infidelidades mutuas para seguir creyendo en su relación.
Pero en medio del camino mientras James trata de leer parte del guión de su trabajo una desconcentración lo hace estrellarse con otro auto, provocando que saliera eyectado desde el otro auto una persona, son esos momentos extraños en que no se sabe que se está viviendo, si se está vivo o muerto, si podrás seguir caminando o quedarás postrado para siempre, si ha pasado un segundo o horas. En medio de ese extraño instante James se fija que al frente tiene a una mujer en la misma situación mostrándole un pecho. Como si fuera una atracción a primera vista... así es como James se conoce con Helen Remington (Holy Hunter), luego de unos momentos quieren recuperar ese momento tan distinto que recurren a sus chatarras para tratar de retomar ese instante único entre la vida y la muerte que provoca un choque.
Algunos pensarán que ellos son locos, pero después de ver que la gente paga por saltar en los puentes en benji, lanzarse por placer en paracaídas, subirse a las montañas rusas, voy entendiendo que nuestro gusto por la adrenalina puede ir más lejos de lo que creemos, así que no es descabellado querer sentir el sentido que produce un choque con otro auto, tal vez por eso que tanto James como Helen se van haciendo amigos de otros fanáticos de la muerte, que recrean accidentes famosos como el de James Dean o el de Grace Kelly, así vivir cerca de la muerte se vuelve un fetiche exitante. Porque saber que tu muerte está más cerca parece envalentonar a algunos para hacer lo que les falta, para tener el sexo más pasional porque podría ser la última vez. Ese extraño mundo de choques y sexo es el que se retrata en esta extraña historia que Cronenberg una vez más sabe llevar con toda la crudeza que sólo el sabe mostrar... no se puede pasar desapercibido por un mundo tan extraño como el de Crash.
Saludos a todos
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffiity
3.- Crash en Wikipedia
4.- Carteles en IMPawards
4.- Trailer