No a todos los niños les gustan las verduras. Desde luego a mis hijos, no. Tengo que devanarme los sesos para introducirles las verduras y, por eso, preparo muchas cremas con varias hortalizas para "engañarles".
Sé que esto es una cosa eventual. A mi, de niña, no me gustaban muchos alimentos -entre ellos los pimientos, el tomate crudo, la morcilla, los callos- y luego, ya de joven no me resistía a ninguna comida.
A ellos no les gustan los espárragos y, sin embargo, han repetido de esta crema con sus tropezones de yemas de triguero salteadas. Probad a hacerla, pues es depurativa y muy sana.
Para 4 personas:
- 2 manojos de espárragos trigueros (unos 600 g)
- 1 puerro
- 1 patata
- 1 cebolla mediana
- 1,5 L de agua
- sal y pimienta
- sésamo
- aceite de oliva virgen extra
Se lavan los espárragos, se retira la parte final dura del tallo y se trocean. Se reservan 12 puntas para saltearlas y decorar después.
Se pela la patata y se lava. Se lava también el puerro y se trocean las tres hortalizas. Se pone el litro y medio de agua en una olla, se agrega sal y se incorporan las verduras y los trigueros.
Se cuece todo durante 20 minutos. Se saltean las yemas de espárrago en una pizca de aceite y se reservan.
Se retira un vaso del caldo de verduras, se añade una cucharada de aceite a la olla y se pasa todo por la batidora eléctrica. Se rectifica de sal y se añade pimienta. Si se desea se pasa por el colador chino.
Se sirve caliente, con las yemas de espárrago salteadas, un chorreón de aceite y unas semillas de sésamo tostado.