Llega septiembre y un año más comienza la temporada de conciertos en Toledo. Si la semana pasada el Monasterio de Cultura nos traía en el Libro-Taberna Internacional la interesante y alocada propuesta del escocés Howie Reeve, el Círculo de Arte llevaba esta semana de nuevo a la capital regional a The Divine Comedy. Dos propuestas internacionales con bastante público pese a que se trataba de un jueves en ambos casos.
The Divine Comedy separó el concierto en dos actos. En el primero un Neil Hannon con dolor de espalda causado al ponerse los calcetines -según dijo- y atiborrado de "analgésicos", salió vestido como Napoleón Bonaparte para presentar las canciones del último álbum de la banda, 'Foreverland'.
Algo o muy achispado, según como se vea, Hannon se disculpó por no poder bailar mucho durante el show, aunque eso se lo dejó al público que ya con las primeras notas de 'Absent Friends' comenzó a disfrutar de los lindo. En esta parte no faltaron las canciones más recientes como 'Napoleon Complex', 'Cathering the Great', 'How Can You Leave Me On My One' o la bellísima ' To The Rescue', mezcladas con otras más antiguas como 'Bad Ambasador' o 'Sweden'.
Fin del primer acto y cambio de indumentaria para Neil Hannon, que ahora aparecía en el escenario vestido de 'English Man' mientras sonaban las primeras notas de 'Complete Banker'. Una parte del concierto sin tiempo para contemplaciones y en la que sonaron los mejores temas de todos los tiempos de The Divine Comedy.
Así, tras brindar con el respetable con 'A Drinking Song' y confesar que había bebido algo más de la cuenta, Hannon se tiró al suelo en el final de 'Mutual Friend' y tras levantarse a trompicones llegaron las enormes y trascendentes 'Generation Sex' y 'Something For The Weekend', así como ese gran momento en el que incrustaron en la mitad de 'At The Indie Disco' 'Blue Monday' de New Order.
'National Express' dio paso a los bises con 'Lady Of A Certain Age', 'Songs Of Love' y 'Tonight We Fly' como colofón a un concierto que ni Coque Malla ni Julián Maeso, mezclados entre el público, quisieron perderse y que mostró a The Divine Comedy en plena forma pese al paso de los años.