Crónicas Cannes 2012: “No” algo más que aplausos
23 de Mayo del 2012 | etiquetas: Festivales 2012, Festival de Cannes, Crítica Compartir
La Quincena de Realizadores se estrenó la semana pasada con “No”, la última película de Pablo Larraín y que vuelve a reflexionar sobre la victoria de la democracia sobre el régimen de Augusto Pinochet. ¿El resultado del estreno? 15 minutos de ovaciones ininterrumpidas. Parece er que estamos delante de una posible joya.
¿De qué va?
Cuando el dictador chileno Augusto Pinochet convocó elecciones bajo demanda internacional en 1988, los líderes de la oposición persuaden un joven publicista, René Saavedra, para dirigir su campaña. Con escasos recursos y el ojo de la dictadura bien cerca, Saavedra y su equipo idean un ingenioso plan para ganar las elecciones y liberar su país de la opresión.
¿Quién está detrás?
Se trata del retorno de Pablo Larraín a la gran pantalla después de su paréntesis en televisión con “Prófugos”.
¿Quién sale?
René Saavedra será interpretado por el ya aplaudido en Cannes Gael García Bernal. Lo acompañarán Alfredo Castor y Luis Gnecco entre otros.
¿Qué es?
“Lucía” + “Mad Men” (pero no así como así, todo en vídeo de los 80).
¿Qué ofrece?
Parece que los aplausos implicaban algo más, gran parte de la crítica norteamericana recibe con ovaciones este film.
Enpezando en Time Out New York, David Fera habla de la obra de Larraín como algo que “ha sabido evitar la nostalgia kitsch; cualquier decisión en relación con la imagen es para dar contexto”. También explica como después de los 15 minutos de clamor la gente sólo se preguntaba cómo esta película había podido quedar fuera de competición. “Un punto para la quincena de realizadores”, dice el crítico.
El portal IndieWire publica la crítica de Eric Kohn donde se resalta cómo la obra de teatro original hace que de la película algo “más hablado, narrativo que otros de sus trabajos”. También comenta que “Larraín controla el material concentrándolo constantemente alrededor de la campaña y el proceso personal que vive la gente involucrada.”.
En el mismo portal IndieWire, James Rocchi aplaude en el blog The Playlist el estilo realista de la película: “No hay hombres malos que se enrollan en bigote persiguiendo al protagonista, sólo llamadas a media noche y cohces aparcados cerca que suspechosamente arrancan sólo entrar en tu vehículo. El abordo realista de Larraín al Chile bajo el yugo de Pinochet […] es insidiosamente espeluznante, y uno de los puntos a favor del film es ver cómo Bernal toma consciencia de que su vida privilegiada tiene como precio la complicidad con algo que se paga poco a poco apagando el cerebro.”.
La opinión de Lee Marshall en Screen alaba la imaginería del film, pero remarca los problemas de una tensión dramática que “resbala a medida que la película se detiene en pequeños detalles”. Y habla de que, quizá, haya habido un intento de convertir el film en algo con estilo estadounidense de forma demasiado encorsetada.