Revista Cocina
Estas son las croquetas de mi casa de toda la vida, las croquetas que he tomado desde que tengo uso de razón, porque mi madre,"la abuela Gracia" para mis niños y mis sobrinos, lleva toda la vida haciéndolas igual, y sigue a sus 88 años, deleitándonos cada sábado con un contundente y exquisito cocido, y de segundo plato (como si fuera necesario!!! jejeej) hace croquetas y tortilla de patatas..y aunque ella no quiere repetir el menú tan a menudo, los niños le piden encarecidamente que haga croquetas...hasta los míos, que luego se quejan porque tienen trocitos de cebolla, al final, se las comen y nunca sobran, jejeje
Mi madre tiene una forma bastante peculiar de hacerlas, ya que no hace una base de bechamel, sino que le va poniendo harina al caldo según va necesitando, y cocinando la harina en la propia mezcla, y aunque pueda parecer lo contrario, las croquetas no tienen sabor a harina, están muy bien cocidas, aunque eso las hace ser más compactas, no duras, pero no tienen la cremosidad que tienen las que están hechas con bechamel, ni la necesitan, jejeej
Por primera vez una de mis recetas no lleva cantidades exactas, ya que vamos a poner los ingredientes a ojo, como toda la vida, pero procuraré que entendáis perfectamente como hacerlo para que os salga bien, así podéis hacerla con la cantidad de pollo que os sobre sin problema.
Me encanta la frase de las recetas antiguas "harina la que admita", eso siempre me lo decía mi madre y yo le contestaba....pero para que sean blandurrias o para que parezcan una piedra, jejeje, es que antes casi todo se hacía a ojo y se transmitía por práctica, pero hoy en día, las cosas han cambiado mucho, y nos gustan las recetas con cantidades concretas, al menos a quien no se maneja bien en la cocina, porque los que ya tenemos mucha práctica, hacemos cambios según los ingredientes que tenemos o como vemos la evolución de nuestra comida.
Unos 200 gr. de pollo cocido procedente del cocido
una cebolla grande
3 ajos
caldo de cocido (para esa cantidad de pollo 300 ml. de caldo) (también se puede poner mitad caldo mitad leche)
harina (la que admita)yo he puesto 100 gr.
pimienta molida
nuez moscada molida
2 huevos
pan rallado con ajo y perejil
aceite de oliva virgen
Trocear el pollo con una tijera o desmenuzándolo con los dedos.
Trocear la cebolla y los ajos.
Poner aceite de oliva en una sartén antiadherente y cuando esté caliente, añadir la cebolla y los ajos picados, poner un poco de sal y dejar a fuego medio, removiendo de vez en cuando hasta que esté blanda.
Añadir la carne de pollo picada, la pimienta molida y la nuez moscada y remover bien, se mezclarán y las especias desprenderán todo su potencial y aroma.
Añadir al sofrito el caldo, remover y dejar cocinar por unos minutos hasta que hierva.
Añadir la harina y remover bien hasta que se integre. Remover bien cocinando la harina hasta que se forme una masa que se despegue de las paredes de la sartén. Debe quedarse una masa que al intentar remover, se mueve compacta y de una vez (no es suficiente con que se despegue) es necesario cocinar mas la harina para que luego no tenga sabor a crudo.
Poner la masa en una fuente y tapar con film plástico de cocina (éstos es para que la parte exterior no haga costra) y dejar enfriar.
Una vez fría la masa, formar las croquetas con las manos y pasar por el huevo batido y el pan rallado.
Freír en abundante aceite de oliva virgen extra y sacar cuando estén doradas, ir depositando en un plato cubierto con papel de cocina para que empape el aceite.