Cuando ser clásico es lo mas moderno , una noche con Viña Tondonia

“Todo debe cambiar, para que todo siga igual” decía Burt Lancaster en su extraordinaria interpretación de Fabrizio Salina de El Gatopardo (1963) , y sin duda para que exista un bodega como R. López de Heredia- Viña Tondonia, deben existir otras bodegas que sean infieles a la filosofía de hacer el mejor vino posible, con técnicas a veces dañinas, y sólo buscando reducir los gastos sin pensar en que su producto sea de calidad , de la calidad que debe ser amparada bajo una D.O.C.  ;  aquella fría tarde noche, pudimos compartir con buenos amigos algunos de los mejores vinos de Viña Tondonia, en la casa de Paco Berciano, su Almacén de Alma Vinos Únicos ; desde Haro, en la Rioja Alta, nos acompañaba María José López de Heredia, quien nos explicó gran parte de la leyenda que es ya la bodega, con una vida que toca tres siglos distintos.

Viña Tondonia y Viña Gravonia

Paco Berciano ha preparado para este año 2013, en el que cumple 25 años su Vinoteca El Lagar , una serie de catas de gran nivel , que sin duda darán mucho lustre a la Capitalidad Española de la Gastronomía en Burgos, y que harán las delicias de los enoaficionados ; la primera de Viña Tondonía nos llegaba con 6 vinos, dos blancos y cuatro tintos;  la noche empezó con Viña Gravonia Crianza 2003, un viura marcado por su punto ácido, y con una crianza de cuatro años en barrica, color dorado brillante y capa media, con un buen paso y potente final, con recuerdos cítricos,  que nos llevó al Viña Tondonia Reserva 1998, viura y malvasia para un blanco muy elegante, seis años en barrica,  que sin perder ese punto de acidez en nariz y boca, si dejaba un regusto final delicioso a citricos, un gran y largo recuerdo me dejó este vino.

El primer tinto fue Viña Cubillo Crianza 2005, elaborado con tempranillo, garnacha, mazuelo y graciano, con una crianza de 3 años en barrica, y como todos los vinos de la bodega, sin filtrar  y clarificado con claras de huevo;   un vino de color rojo teja, de capa media,  bastante ligero, con muy buen aporte frutal en nariz, especiado y con un recorrido amable en boca, quizás algo alcohólico, y con su tanino algo marcado al final  ;  tras él, apareció Viña Bosconia Reserva 2003, un vino con caracter que nos recordaba bastante a los Ribera, por su buen cuerpo y fructosidad, uno de los que mas me gustó, equilibrado y elegante, elaborado con las mismas castas que el Viña Cubillo,  buen tono grana, capa media alta, especiado, con la madera en un buen segundo plano ;  Viña Tondonia Reserva 2001 fue el mejor vino de la noche para mi gusto, un reserva que mantenía la fruta en lo alto,  tempranillo, garnacha, mazuelo y graciano para un vino con una crianza de 6 años en barrica; color grana atejado, con algún destello burdeos, capa media alta,  buena intensidad en nariz, fina madera, y con un regusto final a fruta madura delicioso, mora quizás , con el cuerpo de un crianza, pero el carácter de un reserva , muy interesante y recomendable  ; casi como sorpresa final, el último de la noche era Viña Tondonia Gran Reserva de 1981 ,  un vino con ese tono casi miel, especiado y con algún recuerdo frutal nada escondido, que se dejaba beber pero que muy bien, un gran sorpresa, una muestra del gran trabajo de esta bodega riojana, que sabe enfrentar al futuro, manteniendo intacta su esencia histórica.

Viña Tondonia Gran Reserva 1981