Quite Goyesco de Interior
Hasta hace un par de días, en mi vida había oído hablar del becerrista David Martín Escudero, galapagueño, ¡otro! y sobrino de ¡Victorino Martín! para más y mejores señas.
El muchacho debutó con caballos en Mugron, con una novillada de Luis Algarra, magníficamente presentada, como para una corrida con los mayores en plaza de segunda -de las serias en España- y que tomara ocho puyazos a ley, duros y sanguinolentos, llegando con posibilidades al tercio de muerte. Una gran novillada, demasiado digo yo, como para debutar con los del castoreño.
La apuesta salió bien, salvó el pellejo y se proclamó como triunfador de la tarde. Por cierto, por aquí dejé ya el vídeo de la algarrada en corrales. Esta tarde, mientras escribo esto, en Sevilla, Gonzalo Caballero está debutando con el escuadrón de acorazados de picar, con la torada de Fuente Ymbro, de aquella manera, con más valor que otra cosa, como es natural.
Pueden estar mejor o peor, pero lo que no hay que hacer es restar un ápice de reconocimiento a estos zagales que son arrojados a los leones por sus mismos apoderados.
Para que luego, si se los cargan y no se vuelve a oir de ellos en la vida, como Espaliú y otros muchos, el sistema eche la culpa al mismo sistema, como hace ahora el Juli. Y los apoderados, a buscar otra eterna promesa a la que quemar de eral, como vulgares ganaderos de criaturas. Negreros, que se decía antes.