Foie Macerado.
Rompiendo un poco mi dinámica habitual de salir por el centro y generalmente a cenar, esta vez fuimos a comer a este moderno restaurante situado a escasos kilómetros del centro, en el pretenciosamente llamado distrito financiero de Murcia. El concepto de este cosmopolita local es ofrecer servicio desde primera hora de la mañana con los desayunos hasta las copas de después de cenar pasando por todas y cada una de las comidas del día, acompañándolas de música (en muchas ocasiones en directo o a cargo de un dj), con lo que logran crear un ambiente de lo más "cool". La vestimenta de los empleados, como si fueran camareros de discoteca, también ayuda y atrae a gente que busca este tipo de locales que no es que los haya en exceso.
Solomillo Night.
Entramos al restaurante dominado por una larga barra blanca coronada por tres grandes pantallas, a cuyo frente está el amplio comedor de dos ambientes diferenciados, iluminado de manera natural por unos grandes ventanales al exterior. Pedimos mesa para 12 y a pesar de ir sin reserva previa, de estar prácticamente lleno de trabajadores de las oficinas de la zona y de que un desganado encargado nos dijera que nos deberíamos dividir en dos mesas. Una simpática y eficaz maître hizo un par de apaños para que en el tiempo que nos tomamos una cerveza en la barra, ya tuviéramos montada una mesa con manteles de papel, doce servicios y tres tapas de ensaladilla rusa con sus picos a modo de aperitivo.Desde que llegamos, en ningún momento nos faltó que beber, y con la que estaba cayendo fuera, era de agradecer. La carta, de color negro, letras blanca y comida multicultural, trae una leyenda explicativa sobre lo platos, más o menos picantes, celiacos, para vegetarianos o light. La ambición gastronómica es asombrosa ya que podemos degustar platos de procedencia tan variada como norteafricana, hindú, japonesa o mediterránea dejándome otras en el tintero.
Lomo asado con fideos Thai.
Los camareros de trato correcto y gran eficacia trajeron las bebidas y tomaron nota. Cuando nos vinimos a dar cuenta, ya estaban trayendo los primeros entrantes. Empezamos con un variado de croquetas, mitad de ibérico con parmesano, de gran cremosidad, mitad de chipirones en su tinta, de gran potencia. El segundo de los entrantes fue foie macerado. El foie lo sirven rallado formando una montaña, acompañado de una mermelada de violetas y unas escamas de sal en un plato cuadrado tan grande que minimiza la cantidad servida. En otro plato trajeron pan recién tostado donde mezclar la mermelada con el foie y sazonar al gusto. Lástima la cantidad de pan que era escasa y el precio que es excesivamente elevado.De principal pedí una hamburguesa Big Burguer de ternera de Kobe (según anunciaban) que me habían recomendado como algo excepcional. Mi opción B y C eran el Tataki de atún rojo, recomendado por la casa, y el Tikka Masala. A pesar del buen tamaño de la hamburguesa, creo que me equivoqué. Esperaba más de este plato que venía acompañado de unas patatas que sí que estaban deliciosas. Mis papilas gustativas demostraron una vez más que no disciernen entre Kobe, Angus, gallega u cualquier otra procedencia de la carne y menos si llevan pepinillos y kétchup que distorsionen el sabor. Con la hamburguesa cambié la cerveza por el vino, un Juan Gil de precio nada elevado.
Tarta de queso.
El solomillo night venía con foie y una salsa de trufa deliciosa. Dan la opción de pedir solamente media ración. Además de todo esto, se puede tomar sushi, arroces, pastas, pescados, curry, una amplia variedad de bocadillitos y entre semana plato del día que era lomo asado con fideos Thai. Todo esto hace que sea muy difícil salir insatisfecho de Del Gallo Blues.En el postre la opción se redujo bastante al no tener mucho tiempo. La opción que elegimos fue la tarta de queso servida en copa de Martini con un ligero sabor a cítrico y excesiva mermelada. Ideal para los muy golosos como yo, pero algo empalagoso para quienes no comparten aquello de que "nunca sobra azúcar". Otras opciones, también muy apetecibles, conllevaban un tiempo en su elaboración, del cual no disponíamos.Terminamos con el café y pidiendo la cuenta que tocamos a cerca de treinta euros. Un precio ligeramente elevado ya que la mayoría pedimos hamburguesas y el plato del día. Este precio se justifica por el buen ambiente creado que hace que a pesar de llevar ya unos años funcionando, no haya pasado de moda. Oferta y demanda pura y dura. Del Gallo Blues es uno de los locales que posee el grupo Drinks&Eats y está situado en la calle central número 10 de Espinardo y podemos reservar en el teléfono 968858118.