En la nevera siempre me gusta tener algo para picar en esos momentos clave, ya me entendéis... en esos momentos en los que te comerías lo que fuera y tienes tendencia en recaer siempre en lo más insano, pues bien, por ello, siempre suelo tener en casa dips para comer con pan tostado, o con zanahoria, etc.
En esta ocasión lo he preparado con patata, cebolla y queso, a ser posible vegano, pero yo en este momento no tenía y lo preparé con queso emmental (con cuajo microbiano)
Es muy fácil de hacer y con una textura y sabor muy delicado.
Ingredientes:
4 patatas medianas3 cebollas1 diente de ajoQueso de untar tipo philadelphiaUn trozo de queso emmentalMargarinaSal marinaPimienta negraAceite de oliva VESemillas de sésamo tostado
Procedimiento:
Cocemos las patatas con piel hasta que queden tiernas.
Cuando estén listas, las dejamos enfriar y las pelamos.
En una sartén con margarina pochamos las cebollas, hasta que queden tiernas y transparentes.
En un vaso de batidora, incorporamos las patatas partidas en cuartos, la cebolla pochada, un diente de ajo, aceite de oliva, una cucharada de queso crema y el queso emmental. Sal y pimienta negra.
Trituramos hasta que quede una textura suave, homogenea, sin grumos.
Lo dejamos en la nevera y a medida que enfríe irá cogiendo una buena consistencia.
Espolvorear con semillas de sésamo y aceite de oliva VE por encima.