Echar a andar de nuevo

Hace una eternidad que no publicaba, la razón es que como ya te conté hace muchos meses, me diagnosticaron un cáncer de mama y he estado digamos que un poco liada con el tratamiento y aunque la verdad es que lo he llevado estupendamente, necesitaba hacer un punto y aparte. No quería hablar de este proceso tan desagradable en el blog, y tampoco me sentía cómoda publicando como si no pasara nada.

Ha sido casi un año de parón, de aprender que las cosas van paso a paso y que la paciencia es una arma poderosa, de cuidarme por dentro, por fuera y de la cabeza a los pies. He aprendido a quererme mucho ¡Qué importante es quererse! y me he dado cuenta de que hay mucha gente que me quiere mucho y de verdad.

Ahora que ya ¡por fin! he terminado con el tratamiento. Tengo la necesidad de recuperar mi normalidad, de reemprender mis proyectos y de ver crecer mis sueños.

Uno de ellos es cuidar del blog. Como ves le he cambiado un poquito la imagen, tenia ganas de verlo distinto, un poco como un nuevo comienzo. Yo he cambiado y el blog va a cambiar conmigo. ¿Te gusta como ha quedado?

A la vuelta de las vacaciones, que este año (y todos los años desde que soy madre) coincide con la vuelta al cole, volveré a estar activa por aquí, con contenidos que seguro te van a gustar y te van a ser de utilidad. ¿Me cuentas que te gustaría encontrar en el blog?

También voy a empezar a dar talleres de cocina en Sabadell, me parece una extraescolar estupenda para que los niños tomen consciencia de la importancia de la alimentación y para que vayan cogiendo cierta autonomía en la cocina.

Ahora me marcho de vacaciones. Este año más que nunca puedo decir que son unas vacaciones super merecidas.

Pero antes de irme tengo que hacer un pequeño homenaje (en plan discurso en la ceremonia de los Oscar) Quiero agradecer a mis padres y mi hermana todas las horas que han dedicado a cuidarme, acompañarme, mimarme, escucharme y aguantarme. Si he podido sonreír cada día a pesar de todo esto ha sido porque han estado a mi lado.

A mis amigas, unas mas antiguas y otras mas nuevas que tanto me han arropado y mimado y me han recordado la importancia de la amistad.

A mis hijos que a pesar de su edad han demostrado una madurez y una sensibilidad tan especiales y me han llenado de su amor infinito. Si algo he aprendido en este proceso es que les he educado bien, aunque a veces comen con las manos y no con el tenedor, aunque a veces gritan donde no deben, aunque a veces no hacen ni pizca de caso, lo que de verdad importa lo tienen más que asimilado.

A mi marido por su templanza, por normalizar la situación y hacerla más “liviana” para todos.

Y ahora voy a cerrar literalmente las maletas y me voy a entregar al “Carpe Diem” como nunca.

Nos vemos a la vuelta

Maite