Revista Opinión

Eclipsando el regionalismo

Publicado el 22 diciembre 2018 por Manuelsegura @manuelsegura

Eclipsando el regionalismo

El último intento por constituir un partido regionalista en la Comunidad de Murcia lo ha protagonizado el expresidente Alberto Garre a través de Somos Región. Sin embargo, parece que la irrupción de Vox ha eclipsado este proyecto, que se originó desde una plataforma cívica y tuvo su puesta de largo hace unos meses en un acto, con nutrida concurrencia, celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Murcia. Eso, y el hecho de que en los últimos tiempos se hayan ido descolgando del mismo algunos de sus más destacados impulsores, ha rebajado las expectativas electorales.

Somos Región aspiraba a obtener representación en las próximos comicios generales y jugar un papel tan decisivo como el que últimamente desempeñaron algunos parlamentarios canarios en el Congreso de los Diputados. Y su líder, a convertirse en un Miguel Ángel Revilla a la murciana y tener la llave en la elección y configuración de un futuro gobierno en la Asamblea Regional o en muchos de los ayuntamientos de la Región.

Su caladero de votos iba a estar constituido por antiguos y desengañados electores del PP, en menor medida de Ciudadanos y otros procedentes del campo de la abstención. Un esquema muy parecido al que ahora aspira Vox, una formación de derecha más radical que ha experimentado un crecimiento espectacular tras su éxito en las pasadas elecciones andaluzas. Según algunas encuestas, la formación de Garre correría el riesgo de quedarse a las puertas del parlamento autonómico.

La intención de poner en liza un partido de corte regionalista ha venido siendo la asignatura pendiente de esta Región desde la época de la Transición. La de Murcia no ha destacado por ser una comunidad especialmente reivindicativa, a diferencia de otras, contando con sucesivos gobiernos pocos proclives a crear problemas al Ejecutivo establecido en Madrid, máxime si este era del mismo signo político. Las experiencias del PSOE, primero (1983-1996), y del PP, después (1996-2018), así lo evidencian.

Desde finales de la década de los setenta, muchos nombres han estado ligados a hipotéticas propuestas para activar un partido regionalista. Algunos de ellos, con nivel suficiente para llevarlo adelante; en otros casos, se trató de personajes con un sesgo un tanto folclórico para que la idea cuajara. Con todo, esta de ahora tenía todos los visos para salir adelante. Por ser quizá el momento, ante un PP en horas bajas, con una persona al frente que había dejado un buen recuerdo de su paso por el palacio de San Esteban y rodeado de un equipo que podía invitar al optimismo. Si acaso, solo le sobraba un cierto afán de revancha a la hora de ajustar cuentas con antiguos correligionarios.

Desconocemos aún, pendientes de primarias, los cuadros con los que contará Vox para acometer sus inmediatos compromisos electorales. Este es un partido que se encuentra en la misma situación en la que hace cuatro años se hallaba Ciudadanos en nuestra Región, con un líder nacional que atraía el voto de por sí, independientemente de quiénes fueran los candidatos incluidos en la papeleta de esta circunscripción.

La gente que vote a Vox el próximo 26 de mayo en esta comunidad autónoma lo hará pensando en el mensaje nacional que transmiten Santiago Abascal y Ortega Smith, apuntalados con un eficaz manejo de las redes sociales, algo muy a tener en cuenta de cara a un sector concreto pero influyente de potenciales votantes. Una estrategia que puede haber eclipsado, de nuevo, el intento por articular un partido regionalista murciano. Algo que deberá quedar, visto lo visto, para otro momento. Y van ya unas cuantas intentonas.

[eldiario.es Murcia 22-12-2018]


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