Revista Cocina

El adiós a Las Delicias con El Carro

Por Rumbovino @rumbovino
“Todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final, todo termina…” rezaba la mítica canción Presente, de Vox Dei allá por la década del 70 . Ni mejor ni peor, es así…todo termina.En lo personal creo que los finales más tarde o más temprano terminan siempre dejando un sabor amargo, que no tiene que ver con que ese final haya sido malo o bueno, o triste o alegre. Es más profundo que eso, es saber que eso ya no volverá a estar o no volverá a suceder, es esa especie de resaca que te queda luego del subidón de adrenalina que te inunda el cuerpo al pasarlo muy bien –o muy mal-. Siempre, lo que sigue luego de eso es un dejo melancólico o nostálgico que solo el tiempo se encarga de templar.
Algo así he sentido hace un par de sábados atrás, cuando luego de 5 años mi amigo Rafa ha cerrado su local de vinos -templo del vino diría yo- “Las delicias del 69” en la Plaza de Abastos de Lugo. 
Desde el día que lo conocí, casi de casualidad paseando por allí una mañana de sábado del año 2013 (yo aún vivía en Argentina en aquella época), consideré su tienda como el mejor comercio de vinos de Lugo. Rafa tenía claro que lo quería vender y cómo venderlo. En las delicias encontrabas los vinos que nadie tenía, siempre apostó por los pequeños y medianos productores, por bodegas y viticultores poco conocidos, por aquellos que respetan el terruño y por poner precios democráticos a los bolsillos de los interesados. Siempre me llamó la atención su predisposición a educar a los clientes más que a venderles. Podrías llegar pidiendo el vino más caro de la tienda que él te terminaba vendiendo el más barato, porque primero había otras cosas que probar y mucho que aprender antes de disfrutar del de mayor coste. Eso claramente es inculcar la cultura del vino. Qué extraño, no? En un mundo movilizado por el consumismo y la venta fácil y rápida, este tipo tenía la costumbre de ir al revés de lo que está mandado y antes de vender quería enseñar! Cosas de los grandes… Y no comentan el error de pesar que cerró porque le iba mal con su filosofía de venta. Cerró porque a veces en la vida debemos tomar decisiones, y las decisiones suelen implicar que dejemos aquello que más queremos. Fue mi visita “casi obligada” de todos los sábados por la mañana durante todos estos años que llevo en Lugo, con él aprendí muchísimo de los vinos españoles, y franceses y portugueses, y aprendí de la vida en general porque más de una copa de vino hemos compartido, y ustedes saben mejor que yo que acompañando a buen vino no hay nada mejor que una buena charla, te lleve la misma por donde te lleve… En las Delicias conocí los vinos de muchos pequeños grandes, la lista sería interminable si comienzo a enumerarlos. Me acuerdo como si fuese hoy del primero que me vendió, LA MULTA 2013 del Escocés Volante (una tremenda garnacha joven, sellada con tapa a rosca por la magra suma de 5 €). Si no es a día de hoy el vino con mejor RPC he tomado en mi vida, le pasa muy cerca. Y así pasaron los años… entre charlas y copas vacías.
Mientras nos estábamos yendo, entre que cerraba el ordenador y acomodaba unas cosas para decir adiós definitivamente, yo pensaba qué vino pedirle para escribir esta nota. Tenía que sería algo especial como casi todo lo que Rafa ofrecía… Un par de ventas de último minuto retrasaron la partida y me despejaron la mente… EL CARRO 2013, de Rafa Bernabé iba a ser! 
No tuve mejor despedida que esta auténtica joya, que aún se mantiene viva, fresca, filosa, compleja, exquisita y radical como la primera vez que la probé! El adiós a Las Delicias con El Carro
Nos seguiremos viendo, seguiremos charlando, será sobre otra barra y quizá otro día…Quizá el tiempo se encargue de nublar un poco este recuerdo, pero para que no desaparezca estarán los vinos que he aprendido a beber contigo, Rafa. Hasta pronto amigo!
Buena vida y buenos y naturales vinos!Salutes, Rumbovino.

Volver a la Portada de Logo Paperblog