En los últimos años el mercado de gurús de la seducción ha subido como la espuma y personajes de dudosa credibilidad se están haciendo de oro en una época en que el sector single -tanto solteros que buscan el amor como separados o divorciados que vuelven al ruedo – vive su mayor auge.
Desde señores de dentadura resplandeciente que prometen convertirte en un protomacho con la autoestima por las nubes y las hembras a tus pies hasta auténticas biblias de la manipulación, el surtido es amplio y resulta tan atractivo para una sociedad hambrienta de subirse el ego y de llenarse los vacíos a través de los demás, que no es de extrañar el fulgurante éxito de tales productos.
Dichas técnicas quizás sean efectivas a corto plazo para lograr una noche loca con alguien que se preste al juego o iniciar una relación de tiras y aflojas de pronóstico reservado. Pero como esta sección va de encontrar el amor, no encontrar un polvo – u otra relación con unas bases deficientes que sigan alimentando las carencias que tengas- , vamos a utilizar los consejos más habituales de este tipo de medios para recordar lo que NO hay que hacer para seducir a nadie.
1. Una de cal y otra de arena: un clásico de lo más pernicioso.¿Qué pasa cuando le das a alguien una cosa muy buena y luego se la quitas de golpe? Que generas una adicción. Si quieres ser su camello y no su pareja, adelante. Pero cuando vengan los reclamos, las histerias, los juegos de poder y todas esa ristra de cosas que aburren, agotan y desilusionan, no te quejes.
2. Fingir tener vida propia: da igual que tu momento más excitante de la semana sea cuando bajas a los chinos a comprar Risketos, ante los ojos de tu amada, tienes una agenda que no tiene nada que envidiarle a Charlie Sheen. Eso sí, apunta bien todos los planes que te inventas para impresionar, no vaya a ser que te pillen en un renuncio. Ya es bastante ridículo tener que inventarte una vida que no tienes como para que aún encima ni siquiera sepas mantener la trola decentemente.
3- Jugar al marcaje: ¿quién no ha estado contabilizando horas y minutos para no contestar demasiado rápido a un sms, a un e-mail o a un whatsapp? Hacerlo no es malo, lo que sí resulta un tanto preocupante es que tengas tan pocas cosas que hacer que puedas permitirte estar todo el santo día calculando cuando vas a dar una respuesta a un mensaje de alguien. Es perfectamente normal sentirte ansioso y emocionado cuando te gusta alguien, pero no pasa nada si dejas el móvil tranquilo mientras te dedicas a otras cosas, de modo que si no contestas al instante, que sea porque realmente estés ocupado, no porque simules estarlo.
4- Hacerte el George Clooney: de verdad, hacerse el macho alfa cuando en tu interior late el corazoncito de un Sheldon Cooper es una manera muy fea de decirte a ti mismo que no te quieres ni te aceptas tal cual eres. A lo mejor te funciona, a lo mejor no, pero piénsalo: ¿te apetece tirarte toda la relación fingiendo ser George Clooney?
5- Practicar el tiro libre: si te interesa de verdad esta persona, no mariposees con otras con las que no tienes más intención que matar el rato mientras el posible amor de tu vida cae fulminado en tus brazos. Puedes también hacer deporte, practicar algún hobby, salir con amigos y un montón de cosas que te harán sentir bien sin necesidad de marear a nadie.
6. Practicar la indiferencia: he visto auténticas barbaridades como aconsejar a un chico estar tres días desaparecido para generar interés después de una cita exitosa con alguien que le gustaba de verdad. Mostrar interés para luego volatilizarse y aparecer de nuevo suena a desequilibrio mental, no a sofisticada táctica de dandy seductor.
7- Ser quien no eres: no te arriesgues a mostrarte…no vaya a ser que siendo tú mismo cometas errores de los que puedas aprender sin necesidad de consultar un manual de seducción.