Valoración: 5,800.
Tráiler de la Película
Ficha
Título Original: Desert Dancer.
Director: Richard Raymond.
Guionista: Jon Croker.
Actores: Freida Pinto, Nazanin Boniadi, Tom Cullen, Simon Kassianides, Reece Ritchie, Marama Corlett, Akin Gazi, Makram Khoury, Tolga Safer, Mourad Zaoui, Neet Mohan, Davood Ghadami, Richard David-Caine, Gabriel Senior, Alex Claus, Bamshad Abedi-Amin, Bethan Hanks, Omid Gholami, Sam Kordbacheh, Hamza Kadri, Dana Haqjoo, Daniel Bass.
Productores: Luis Astorquia, Fabiola Beracasa, Pippa Cross, Izabella Miko, Richard Raymond.
Fotografía: Carlos Catalán.
Música: Benjamin Wallfisch.
Montaje: Chris Gill, Celia Haining.
Diseño de Producción: Shahram Karimi.
Vestuario: Louise Stjernsward.
Países Participantes: Reino Unido, Emirátos Árabes Unidos, Rumanía, Marruecos.
Lugares de Rodaje: Casablanca, Erfoud (Marruecos); París (Francia); Londres (Reino Unido).
Fechas de Rodaje:
Año: 2014.
Duración: 99 minutos.
Calificación por Edades: No recomendada para menores de 16 años.
Género: Biográfica, Drama.
Estreno (España): 14-08-2015.
Película Online (España): AtresPlayer.
DVD (Venta): 10-11-2015.
Distribuidora: Betta Pictures, S. L.
WEB Oficial: WEB Oficial de la película en España.
Espectadores (España): 5.225.
Recaudación (España): 29.285,08 €.
Visitas: 0.
Popularidad (Puesto): 96.
Crítica
15-08-2015 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
La ira de Alá
Las vejaciones sufridas por el joven bailarín iraní Afshin Ghaffarian -una suerte de Billy Elliot islámico-, dispuesto a plantar cara al autoritario gobierno de su país, son el hilo conductor de esta digna película biográfica, firmada por el realizador británico Richard Raymond. En primer lugar, estamos ante una historia de nuestros días, donde la Ley Islámica es interpretada a su conveniencia por el gobierno de Hasán Rouhaní, regido por un sistema político dominado por un líder supremo y por el clero. En segundo término, la película incluye un cántico a la libertad de expresión -en el caso que nos ocupa el baile-, con todo lo que ello significa.
Irán es una nación dispuesta a censurar todo lo que llega de Occidente, como si la ira de Alá dictara su ley, cerrando las puertas a la creación artística, a la razón, a la educación y, por lo tanto, a una sociedad plural. Parece mentira que esto ocurra en pleno siglo XXI. Por eso muchos ciudadanos se preguntan si los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas son verdaderamente universales. Y la respuesta es que no. De hecho, los países islámicos no los han ratificado, ya que en la óptica del Islam a esos derechos contrapone una universalidad suya, distinta.
Por otro lado, es necesario romper una lanza en favor de algunos cineastas iraníes actuales, como Jafar Panahi ("Taxi Teherán", 2015), que permanece condenado por el gobierno de la nación. En cualquier caso, sus dirigentes deben saber que la libertad de decir lo que se piensa es tan importante como el aire que se respira, al tiempo que la libertad ajena amplía la libertad de cada cual hasta el infinito. Finalicemos esta crítica con unas palabras del erudito persa Omar Khayyam: «¡Llena la copa y que al fuego de la primavera queme la fría capa del arrepentimiento! ¡Al pájaro del tiempo sólo le queda un pequeño espacio por recorrer! ¡Ya el pájaro alza el vuelo...!».