Revista Cultura y Ocio

El día que el amor sucumbió

Publicado el 26 julio 2014 por Diego Diego F Ospina @DiegO_OzpY

El día que el amor sucumbió

Ese día, el cielo era plateado,

Una lluvia bíblica baño todo cuanto había en el mundo

Ese día, el día,

Cuando el amor sucumbió,

Escuche tu nombre en las olas,

En el murmullo de las hojas secas de otoño,

En las campanas de la catedral,

Y lo supe,

Te amaba, cuanto te amaba,

Ese día el amor sucumbió, pero renació,

Vivió en mí como un fénix,

Yo no fui más persona, me hice Uroboro,

Deje de vivir, viví de recuerdos de recortes de la vida pasada,

El futuro era la monotonía de verte siempre,

En los mismos lugares en los que ya no estas,

La muerte y el día que el amor pereció,

Eran el drama taciturno de las tardes con luces parpadeantes,

Era el tiempo escurrido en mi cuarto mientras yo miraba aquellos aparatos eléctricos con su pequeña luz verde,

Así fue cuando te fuiste,

Me quede sentado en el suelo,

Hipnotizado por la luminiscencia artificial de un aparato,

Allí pase cuatro horas deprimido, Luego llegaron y me arrancaron de panteón donde enterraste este amor,

El día que el amor pereció, yo también perecí

Y el fénix no renació más,

Y el Uroboro no continuo repitiendo su historia,

Los faunos tocaron la marcha fúnebre de mi descalabro emocional,

Los cuervos cantaron el del derrumbe físico,

Ese día, el día que el amor pereció,

No fui más nadie, más que pasado,

Ya no vivo, ayer viví,

Te viví,

Y morí, el día en que el amor sucumbió.


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