Este acontecimiento tiene lugar el último domingo de Septiembre y suponen el colofón de las Fiestas de San Mateo. Se trata de una popular jornada de exaltación del folklore y las costumbres de la comarca, declarada Fiesta de Interés Turístico en 1977. El desfile recorre toda la ciudad, desde el Parque de Cupido hasta la Fuente de la Aurora. En sus orígenes fue concebida como homenaje a las gentes de los valles de Campoo, quienes, tras las faenas del verano con el ganado y la labranza, acudían en esta fecha a Reinosa para disfrutar de una fiesta dedicada a ellos. En un informe del Alcalde de 1879 se recogen las gestiones que se realizaron para encargar los fuegos artificiales y contratar a los dulzaineros de Frómista, músicos que tocarían durante los ocho días de fiestas, cuatro veces al día, por el módico precio de sesenta pesetas. Al anochecer, su actuación se alternaba con la de la Banda de Música de Santander en la Plaza Vieja. Sin embargo, lo más popular del programa eran los bailes, al estilo regional, que tenían lugar en el Ferial del Ganado y, al atardecer, en la Plaza del Ayuntamiento. Durante las Ferias de 1895 se celebra, con gran éxito, el Primer Certamen Regional de pandereteras, reuniéndose en Las Fuentes una multitud inmensa, según una crónica de la época. Subieron al tablado mozas de los pueblos vecinos de Reinosa, ganando el primer premio las de Requejo que se llevaron grandes aplausos con tonadas como ésta:
Unos dicen viva el Rey,
y otros, que viva la Reina,
yo digo que vivan todos
y que se acabe la guerra.
En la villa de Reinosa
han hecho una cárcel nueva
para encerrar los amores
que dan palabra y la niegan.