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El eterno canto del cisne de grandes directores (parte I)

Publicado el 04 julio 2013 por Fimin

04 de Julio del 2013 | etiquetas: Obra Póstuma, Tops filmin

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Es cierto que los títulos que a continuación enumeramos resultan claves para el concepto del cine como arte. Sin embargo, abrimos fuego con una frase que a pesar de resonar con ecos tan espartanos como palomiteros, también se antoja inmejorable para la ocasión: ''Lo que hacemos en la vida resuena en la eternidad", es lo que gritaba a los cuatro vientos Russell Crowe en "Gladiator". Precisamente, una de las grandes cuestiones del hombre: existir para trascender; en definitiva, que nuestro paso efimero por la Tierra no sea una mera anécdota y dejemos nuestras huellas marcadas para los que vengan, sin caer en el olvido. Con la muerte en los talones, han sido mucho los artistas que nos han brindado un adiós para el eterno recuerdo. En filmin damos buena cuenta de ello.

1. Tríptico Elemental de España – Jose Manuel Val de Omar (1953)

¿Quién fue?

El gran olvidado del cine español. Un creador de imágenes que se adelantó a su tiempo y que no sería descubierto hasta poco antes de su muerte. De joven participó en las Misiones Pedagógicas en las que estaban Cernuda, Lorca, entre otros nombres clave de la Edad de Plata de España. Val de Omar buscaba a partir del cine transgredir todo límite y para ello se aprovechaba de la técnica que le hacía ser a la vez que director, inventor. Ofrecía imágenes inauditas a las que llegaba mediante la experimentación, consiguiendo efectos que no se pondrían en práctica hasta muchos años después. Perfectamente vigente hoy, sus imágenes lejos de ser un ejercicio snob, siguen capturándonos por la pureza que hay concentrada en ellas.

El eterno canto del cisne de grandes directores (parte I)

Última voluntad:

Tríptico Elemental de España es una trilogía formada por "Fuego en Castilla", "Aguaespejo Granadino" y "Acariño Galaico" que realizó Val de Omar entre los años 50 y 60. Hasta después de su muerte no se acabarían de completar, y sería gracias al esfuerzo de familiares y amigos que apreciaban su obra. La gran desconocida del cine español que hubiese sido encumbrada a obra maestra de no haber nacido en el oscuro periodo del franqusimo. 

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2. Gertrud – Carl Theodor Dreyer (1964)

¿Quién fue?

No es otro sino que el germen del que brotaron Bergman, Tarkovsky y un sin fin de artistas cumbres del séptimo arte. Dividió a una crítica acostumbrada a un cine totalmente diferente. Sus películas eran atrevidas y en ellas el director buscaba las experiencias íntimas del hombre, tratando de adentrarse en el misterio y en los conflictos interiores de los humanos. Para ello trata la imagen con mimo y cambia la concepción del ritmo cinematográfico. Sin una carrera demasiado prolífica, sus películas son obras de arte que han sido claves a la hora de influenciar a los mejores directores. “Vampyr”, “Ordet” o “Juana de Arco” son ejemplos de su calidad. 

El eterno canto del cisne de grandes directores (parte I)

Última voluntad:

Si una película puede ser definida como testamento sin duda es “Gertrud”. Dirigida a los 75 años supuso el gran colofón a su carrera y pasó a la historia como una de las mejores películas. Es el punto cumbre de toda una filmografía basada en una mirada artística e interior. En esta obra, Dreyer es capaz de encontrar el significado supremo a la existencia: la vida transcurre a caballo entre el amor y la muerte. Gertrud nos encarna a todos, contiene los sentimientos de toda la humanidad, siendo uno de los personajes más grandes vistos en el cine. El mundo de Gertrud es un mundo cruel, pero que a la vez tiene un hilo de esperanza que solo se puede encontrar en el amor. 

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3. Rio Lobo – Howard Hawks (1970)

¿Quién fue?

Uno de los grandes directores de Hollywood y de los más prolíficos con más de 40 películas dirigidas en su carrera. Vivió el auge y caída de los estudios y siempre se mantuvo en un estilo de cine caracterizado por la calidad. Lejos del cine comercial y del cine pretencioso, Hawks contaba historias mediante todo tipo de géneros desde westerns, pasando por aventuras y hasta comedias en lo que lo importante eran los conflictos tratados y la profundidad que tenían sus protagonistas, siempre encarnados por los mejores actores: Gary Cooper, Kirk Douglas, Cary Grant, Humphrey Bogart, Marylin Monroe o John Wayne. 

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Última voluntad:

Se trata del fin de la trilogía que había empezado con “Río Bravo” y “El Dorado, es un western clásico en el que se tratan los dilemas morales del bien y el mal. Una gran película que se mantiene coherente a lo que fue toda su carrera. Hawks se despidió con un film que hace justicia a la esencia y espíritu de su cine. Una entretenida película en la que se mezcla entretenimiento con calidad. Sí, aunque parezca mentira, es posible. 

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4. La Huella – Joseph L. Mankiewicz (1972)

¿Quién fue?

Joseph L. Mankiewicz es otro de los nombres clave del cine de Hollywood. Vivió la época de los estudios en todo su esplendor, así como el fin. Su cine siempre fue alabado tanto por crítica y público recayendo la fuerza de sus películas en el poder de los guiones. Además de ser de calidad, tenían una vocación comercial con las que poder llegar a todos los públicos. Con “Eva al Desnudo” llegaría su mayor éxito con 6 de los 14 Oscars que recibirían el total de sus películas. 

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Última voluntad:

Su retiro fue prematuro, pero pocos directores pueden presumir que su última película se erigiera una de las grandes joyas del cine. Pese a tener 4 nominaciones de los Oscars, pasó desapercibida en el año de “El Padrino”, sin embargo, el talento de la película se demuestra en la admiración que sigue despertando hoy. Una cinta austera, teatral, con dos personajes, escasa de vestuario y donde todo se centra en un perfecto guión y unas actuaciones que van más allá de un calificativo como perfecto. Mankiewicz demuestra que con poco es posible una obra maestra, tan solo -¿solo?- con el talento fue capaz de superar las superproducciones millonarias repletas de efectos especiales. Imaginamos que después de dirigir “La Huella” Mankiewicz pensó que todo lo que pudiese venir,no haría más que manchar su glorioso final.

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5. Vivamente el Domingo – François Truffaut (1983)

¿Quién fue?

Uno de los osados revolucionarios que un día cualquiera decidió cambiar el cine para siempre. Primero de su puño y letra en Cahiers du Cinema, y después en las pantallas de todo el mundo con la Nouvelle Vague. Se necesitaba acabar con el academicismo y convencionalismo caduco del cine y unos intrépidos muchachos empezaron a explicar historias, a preocuparse por la gente, tanto como que el cine tuviera un objetivo social. Truffaut lo hizo centrándose en la infancia, siguiendo su propio camino en el marco de la nueva ola, mezclando el cine más clásico con el más osado, y a corazón abierto. Sin duda, marcó una época.

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Última voluntad:

Del mismo modo que la muerte de Tarkovsky resultó desgraciadamente prematura, un tumor cerebral acababa con Truffaut a los 52 años de edad. Pese a las joyas que realizó en sus inicios, también tuvo una época decadente en la que el éxito inicial parecía ser un espejismo. No fue el caso del tramo final de su carrera, en el que recuperaba el  talento narrativo, sirviendo “Vivamente el Domingo” para limpiar el nombre que se podía haber manchado con unos créditos finales que recogen la esencia de sus mejores películas. Se tratan de los pies de unos niños jugando a pelota y que retratan la pasión por la vida que el director tenía y que tan bien supo expresar en sus películas. Así se despedía el padre de "Los 400 golpes".

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6. El Dinero – Robert Bresson (1983)

¿Quién fue?

Uno de los nombres propios de la historia del cine, que fue a su vez padre de la Nouvelle Vague. Su importancia queda demostrada por la definición que da Godard sobre él: ‘’Robert Bresson es al cine francés lo que Dostoyevsky a la novela rusa o Mozart a la música alemana”. Su mirada fílmica evidencia una voluntad para captar todo aquello que pasa inadvertido por la mirada ordinaria. Ganador de los más prestigiosos festivales como Berlín, Cannes o Venecia con películas como "El proceso de Juana de Arco", "El azar de Baltasar" o "Diario de un curar rural".

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Última voluntad:

En 1977 Bresson adaptó a guión un relato de Tolstoi “El cupón falso”, pero un mercado dominado cada vez más por el espectáculo no veía con buenos ojos la producción del rodaje. Después de seis años de espera, la televisión pública y el ministerio de cultura le dieron la financiación necesaria siendo ya octogenario. Se trata de un relato en el que un joven injustamente acusado por la sociedad, se convierte en un peligroso delincuente. Una mirada fría pero a la vez real, tan real que asusta. Es la obra de la que Bresson estuvo más orgulloso y en la que considera que encontró aspectos una vez finalizada que no esperaba encontrar mientras la rodaba.

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7.Sacrificio –  Andrei Tarkovsky (1986)

¿Quién fue?

Con frecuencia en el campo del arte, cuando alguien nos ha dejado antes de tiempo, nos solemos preguntar que hubiese podido llegar a hacer de no habernos abandonado tan prematuramente. Esta pregunta debe habérsele pasado a más de uno con Tarkovsky, otro de los grandes autores que la historia del cine nos ha dado. Ganó todos los premios de Cannes, así como el León de Oro de Venecia. Para entender su obra, es necesario mencionar los problemas a los que se tuvo que enfrentar constantemente con sus películas en un país totalitario como era la Unión Soviética. "La infancia de Iván", "Solaris", "El Espejo" o "Stalker" son películas obligatorias para cualquier cinéfilo.

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Última voluntad:

Tarkovsky dejó la Unión Soviética para poder desarrollar su arte libremente. Primero sacó de su interior la “Nostalgia” en Italia, una nostalgia que poco a poco se fue convirtiendo en una enfermedad que le costaría la vida. “Sacrificio” fue financiada en Suecia y utilizó los actores y el director de fotografía habituales de Bergman, consiguiendo, al igual que el sueco, comunicarse con Dios mediante el cine. Una película suprema en la que los sentimientos humanos se nos desvelan mientras el mundo se acaba. Tarkovsky sabía que era su última película y se la dedicó a su hijo –y al mundo- con unas emotivas palabras finales: “con esperanza y confianza”.

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8. Dublineses – John Huston (1987)

¿Quién fue?

Antes de director fue boxeador, periodista, novelista, militar, criador de caballos, cazador y coleccionista de arte. Un personaje clave de Hollywood que tiene incluso una estrella en el paseo de la fama de 1765 Hollywood Boulevard. Considerado “el Hemingway” del cine, se adentraba en la sociedad y mediante adaptaciones literarias e historias con héroes terrenales, disecciona la naturaleza humana y los tópicos del momento. Un hombre clave del género de las aventuras que consiguió ganar el Oscar a mejor director. Son claves títulos como “La reina de África”, “El Halcón Maltés” o “ Los que no perdonan”.

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Última voluntad:

Cuando el hombre se enfrenta a la muerte, la naturaleza se ve alterada e incluso los más entusiastas se ven destinados a enfrentarse a cuestiones existencialistas. Huston se moría -rodó la película en silla de ruedas y con mascarilla de oxígeno- pero tenía una última voluntad: quería dejar escrito para la posteridad, los sentimientos que estaba experimentando en sus últimos días, desmarcándose totalmente del estilo de cine que había hecho hasta estonces, volviendo a sus orígenes irlandeses con la adaptación de un relato corto de James Joyce. Una cena burguesa, los recuerdos de un amor juvenil, la muerte, y todo tipo de cuestiones que nos hacen evocar los mismos sentimientos de los protagonistas que acaban por resultar universales. Huston murió 4 meses antes del estreno de "Dublineses", pero podía estar satisfecho: había logrado una de las mejores películas de la historia. O así lo dijo Roger Ebert.

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9. Don QuijoteOrson Welles (1992)

¿Quién fue?

Pensar un calificativo para Welles es una tarea demasiado complicada como para ser abordada en este post. Orson Welles destacó en todo en lo que se propuso, primero en teatro, luego en radio y finalmente en cine. Siempre supo adaptarse, y redescubrir todos los medios, demostrando una creatividad lejos de los estándares humanos. Personaje polémico, su vida privada siempre fue inestable, y protagonizó múltiples confrontaciones con Hollywood por el simple hecho de ir siempre un paso por delante. Es el responsable de una de las mejores películas de la historia “Ciudadano Kane” y en 2002 fue considerado por el British Film Institute como el mejor director de la historia. Sobran las palabras.

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Última voluntad:

Más de 30 años estuvo trabajando en “Don Quijote”, el proyecto al que más tiempo, dinero y pasión le dedicó. Su genialidad no era entendida en Hollywood y no conseguía la financiación para este ilusionante film que acabó realizando mediante las ayudas y el dinero personal que iba consiguiendo. Welles quería situar a la pareja de protagonistas de la novela en la España del momento. Escogió a los actores Reiguera y Tamiroff con los que rodó y rodó, hasta que consecutivamente la muerte pillara a los dos principios de los años 70. Welles nunca paró de editar la película buscando la perfección, enamorado por el proyecto igual que todos aquellos que se habían involucrado. Con frecuencia declaraba que ya estaba a punto de acabarla, incluso antes de su muerte. Un sueño inconcluso con uno de los proyectos más ambiciosos de la historia, que su amigo Jess Franco terminaría para deleite de todos, y que Terry Gilliam también emularía perdiéndose en La Mancha. Un film que de haber tenido la financiación y las condiciones necesarias hubiese podido situarse a la altura de la novela. Pese a todo, merece la pena descubrir esta joya desconocida para muchos fans de Welles. 

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10. Saraband – Ingmar Bergman (2003)

¿Quién fue?

Hablar de Ingmar Bergman significa abandonar por unos instantes el mundo terrenal para alcanzar los secretos metafísicos de nuestro planeta. Ganador de tres Oscars, el León de Oro e incluso la Palma de Oro, el director sueco es el gran nombre del cine en el siglo XX. Así lo corrobora el hecho de ser el director favorito de los Woody Allen, Coppola, Kieslowski, Kubrick, Rohmer, Scorsese, Tarkovsky e incluso de Steven Spielberg. A su vez, ha sido uno de los pocos directores que ha conseguido trascender los límites y hablar con Dios, justificando mediante una visión personal y única el calificativo para el cine de “Séptimo Arte”. “El séptimo sello”, "Fanny y Alexander", o "Persona" son grandes ejemplos de su indiscutible talento.

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Última voluntad:

En 1982, Bergman dirigió Fanny y Alexander, con la que consideraba que concluía su carrera. Sin embargo, veinte años después, concretamente en 2003, el director, con 85 años consideraba que le quedaba algo pendiente. Y así llegó Saraband, la secuela de “Secretos de un matrimonio” en la que vuelve a usar los mismos actores (Liv Ullman y Erland Josephson) 30 años después. Como si de la trilogía de Linklater se tratara, la pareja protagonista vuelve al ruedo, en este caso, reencontrándose tras el divorcio. Una joya que resultaría ser la manera perfecta para irse a la tumba con la conciencia bien tranquila, ya que por fin conseguiría concentrar todos los tópicos que le habían obsesionado durante toda su filmografía en una sola película.

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