El 11 de septiembre de 2005 Carlos Azcurra, defensor de San Martín de Tucumán, fue baleado a quemarropa por un Policía que se encontraba dentro del campo de juego debido a los incidentes que se había generado en el partido entre el conjunto tucumano y Godoy Cruz (el Tomba ganaba 3-0 y los barrabravas empezaron los incidentes que el defensor intentó frenar sin suerte para su persona).
Cinco años pasaron para que Azcurra pudiera volver a tomar contacto oficialmente con una pelota de fútbol: este domingo formó parte del equipo de Deportivo Maipú, que igualó sin goles con Desamparados en su debut en la temporada 2010/2011 del Argentino A.
Tras ser baleado a Azcurra le pronosticaron que nunca más podría volver a jugar al fútbol. Perdió el 30% del pulmón derecho, fue olvidado durante algún tiempo y luego convocado para entrenar a El Algarrobal, equipo del Torneo A de la Liga Mendocina de Fútbol.
“Estoy muy contento por todo esto. Muy feliz. Lo tomo con mucha tranquilidad. Para poder manejar la ansiedad de volver a jugar. Entrené solo mucho tiempo y pasé un montón de cosas. Ahora tengo que tratar de disfrutar todo”. Carlos Azcurra después de pelearla durante mucho tiempo puede volver a estar completamente feliz: su historia es la del futbolista que volvió a nacer.
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