De entre los western de aventuras que se han hecho a lo largo de la historia podríamos destacar algunos de ellos como Centauros del desierto, El oro de McKenna y Las aventuras de Jeremías Johnson, protagonizado por Robert Redford con la que guarda ciertos paralelismos. La historia, que se cuenta, está basada en hechos reales y parte de la novela de Michael Punke. La vida de este hombre fue llevada a la gran pantalla por el cineasta C. Safarian, titulada El hombre de una tierra salvaje.
Hugh Glass es un experimentado trampero de la América profunda, que es traicionado por un miembro de su equipo. Este hombre demostrará su capacidad para resurgir de las cenizas e irá en busca del citado individuo para capturarlo.
Esta producción viene avalada por 12 nominaciones a los Óscar (esta es la mejor película de la temporada Hollywoodiense junto a El puente de los espías y Marte), estando dirigida por un interesante director mexicano como Alejandro González Iñarritu, autor de Babel, 21 gramos o la excesivamente valorada Birdman. Este cineasta se ha superado, haciendo un gran favor al crepuscular género del oeste y nos parece que estamos ante el mejor de sus trabajos con diferencia. El film es duro e intenso. No le deja tiempo al espectador ni para respirar a pesar de su extensión. La duración no es un problema porque se pasa en un suspiro. La fotografía es maravillosa y para conseguir ese tipo de iluminación se rodaba tres horas al día, lo que generó el consecuente agotamiento de los actores por la dureza del clima.
Los temas de la película son la capacidad de superación y el espíritu de venganza, pero, con matices, ya que esta frase lo dice todo: “La venganza está en manos de Dios”, con lo que podemos decir que el protagonista confía en la Providencia y se encuentra con esos pequeños ángeles que se cruzan en su camino. La luz juega un papel trascendental en los acontecimientos y está cargada de simbolismo, ofreciéndonos algunas señales del acercamiento del director al catolicismo, puesto que su filmografía, si exceptuamos su éxito del año pasado, parece que progresivamente va trasmitiendo en su obra un mensaje esperanzador que busca el encuentro onírico, en este caso, con Jesucristo, aunque podamos cuestionar las acciones del protagonista.
En el reparto destacan actores de la talla de Tom Hardy, Donhall Gleeson y un DiCaprio que vuelve a estar en la lucha por la ansiada estatuilla:- Perdóname Leo por la confianza, pero si no la consigues en esta ocasión, nunca lo lograrás. Te lo mereces (publicado en Páginas digital).