Revista Ciencia

El tiburón que hunde barcos

Publicado el 25 julio 2014 por Daniel Prieto González @100cerosblog

El tiburón que hunde barcos. Una bestia de 20 metros de longitud y unas 100 toneladas de peso navegaba por los océanos del mundo hace 28 millones de años. Este enorme animal era el Megalodon, el tiburón más grande que ha existido, y antepasado del actual tiburón blanco. El Megalodon desapareció de los mares hace unos dos millones y medio de años.
Su nombre científico era Carcharodon Megalodon que quiere decir "diente grande", cuyo significado está muy justificado ya que sus incisivos medían 17 centímetros. Actualmente no se conserva ningún esqueleto completo de este espécimen, debido a que su esqueleto al igual que los tiburones blancos de hoy, eran de cartílago, por lo que ha sido muy difícil su conservación al paso del tiempo. Lo único que ha sobrevivido del Megalodon son sus dientes, y lo curioso es que son tan frecuentes que hasta se venden como colgantes.
Su enorme tamaño lo convertía en el ser más temido de los mares, e incluso de todas las criaturas voladoras que pescaban donde el habitaba. Indico esto debido a que si su comportamiento era similar a de los actuales escualos, si se le daba la oportunidad y había un pobre pterodáctilo sobrevolando las aguas, el tiburón podía actuar emergiendo de las profundidades a una gran velocidad, para luego saltar, y de un mordisco acabar con la vida de la pobre víctima. Además de sus dimensiones, otro elemento que lo convertía en todo un asesino y que ya nombré antes, eran sus enormes dientes, con un borde serrado que era capaz de desgarrar la carne de sus presas, ocasionándole la muerte.
Otra cualidad de este temible animal era su forma de nadar. Con una gran cola de 3 metros de altura, con la que ganaba impulso, y unas aletas pectorales que usaba como timón, le convertían en uno de los moradores más rápidos y ágiles del medio acuático salino. Este animal era un solitario como sus actuales parientes, provocando en diferentes ocasiones temibles peleas entre dos machos de la especie.
La alimentación del Megalodon era muy variada, con todo tipo de víctimas y en grandes cantidades. Entre sus alimentos podemos encontrar cetáceos (como delfines), grandes ballenas (donde se encuentran cachalotes y ballenas de Groenlandia), además de pinípedos, marsopas y tortugas marinas.

El tiburón que hunde barcos.

Gris: Tamaño máximo del Megalodon  Rojo: Tamaño medio del Megalodon
Violeta: Tiburón ballena Verde: Tiburón Blanco

Sus restos han sido encontrados en todos los océanos del mundo, desde el Pacífico hasta el Índico, incluyendo numerosos mares. Esta sería la actual numeración de lugares donde se han encontrado fósiles de este terrorífico escualo: costas de América, de Asia, de África, e incluso en la isla de la Graciosa (Islas Canarias), lugar que se sospecha zona de cría.

El tiburón que hunde barcos.
El principal motivo de la extinción fue el cierre del istmo de Panamá, que provocó el enfriamiento masivo de los océanos y condicionó las glaciaciones. Con el cierre de numerosas corrientes cálidas que pasaban por el istmo, los mares se volvieron muy fríos hasta la congelación de grandes masas de agua, cuyo efecto fue una bajada del nivel del mar. Esta tendencia fue mortal para el Megalodon, ya que este prefería aguas cálidas, convirtiéndolo en una especia rara de ver, hasta terminar desapareciendo. Más aún, con todos estos cambios oceánicos, las zonas de cría de este escualo quedaron inaccesibles, para acabar con la eliminación de estas terribles bestias.
Actualmente hay varias teorías que intentan demostrar que estos animales todavía siguen existiendo, caso parecido al del Celocanto, cuya única diferencia es que todavía no se ha encontrado un espécimen. Estas ideas defienden que hoy en día habitan en las zonas más profundas de los océanos, algo que es imposible ya que habitaban en zonas cálidas, mientras que las profundidades son zonas muy frías. Por ello, la comunidad científica ha declarado que esta teoría es imposible.
El Megalodon, una criatura que provocó el terror en los océanos durante millones de años, ocasionando la muerte de miles de víctimas que se convirtieron en parte de su dieta. Un animal que si actualmente estuviera vivo, sería capaz de derribar barcos enteros y de grandes dimensiones, acabando con toda su tripulación; y convirtiendo las travesías marítimas en pesadilla.


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