Revista Cine
Pompeya, barrio tanguero. Bar El chino, un espacio de encuentro con lo más arraigado de nuestra música. Hasta acá, un documental tradicional sobre culturas porteñas.
Pero El último aplauso va más allá; nos deja un sabor áspero, nostálgico, de aquello que se va perdiendo en el tiempo como un cartel oxidado, la pintura descascarada de la fachada, farolas que se apagan y anhelos de pasado.
Y hasta acá (nuevamente), una tristeza melancólica de aquel que está lejos, de lo que pudo ser en algún instante y se desvaneció con el pasar de los años.
Sin embargo, mi compañero y yo salimos del cine invadidos de felicidad, contagiados de tanto atrevimiento y ganas de existir.
Cuatro son los cantantes que quedaron de la peña del bar El chino, y son ellos el motor de este emprendimiento, porque detrás de muchos años de inacción volvieron un día a lo que siempre amaron, el tango.
El juego del director Germán Kral fue unir a estos artistas con la Orquesta Típica Imperial, y ensamblar así dos generaciones de músicos hermanados por el mismo amor.
Las emociones que transmiten nos llenan de satisfacción, ya que demuestran que por más desilusiones que uno viva se puede seguir soñando, sin apelar al golpe bajo ni a la lágrima fácil, y deseando que este no sea su último aplauso.
Muy muy recomendable
Dirección y Guión: Germán Kral
Elenco: Cristina de los Ángeles, Inés Arce, Julio César Fernán, Abel Frías, Orquesta Típica Imperial, Omar Garré.