FICHA TÉCNICA:
Dirección: Alberto Aranda
Guión: Alberto Aranda, Belén Carmona
Música: Zacarías M. de la Riva
Fotografía: Bet Rourich
Montaje: Bruno Palazón, Elena Ruiz
Dirección artística: Pep Oliver
Casting: Consol Tura
FICHA ARTÍSTICA:
Estrella: Ingrid rubio
Trini: Carmen Machi
Salva: Marc Clotet
Baltasar: Fele Martinez
Jonás: Carlos Blanco
Marc: Ruben Sanchez
Argumento:
Estrella vive con su novio Salva en el barrio donde ha crecido y donde conoce a todos los vecinos. Ella trabaja como chica de la limpieza en una funeraria, pero un buen día Salva recibe un puesto importante en una constructora y su único deseo es subir de escala social. Desde ese momento Estrella se replanteará no sólo su relación, sino todo aquello que la rodea y lo que valora, sobre todo cuando vive el drama familiar que de repente parece sufrir su mejor amiga.
Hay diversas líneas argumentales en una película que se centra, sobre todo, en los personajes, en sus ilusiones y en sus decepciones. Todo ello girando alrededor de un barrio humilde y vivo donde las promesas de futuro tienen forma de construcción inmobiliaria y ahí es donde entra el personaje de Salva, que encuentra en esa profesión una manera de subir de status social, revelándose como un tiburón de los negocios, alguien sin escrúpulos que solo se tiene en cuenta a sí mismo. Estrella, su novia irá viéndo como algo falla entre los dos, sin poder remediarlo y buscará refugio en las cosas que quiere.
Pero ni la visita a casa de sus padres ni un poco de diversión, sirven cuando se encuentra con que la familia de su mejor amiga se resquebraja y cuando el barrio entero se moviliza por motivos cuestionables. Todo parece desmoronarse a su alrededor, la vida no es algo que podamos manejar solos. Todo ello la empujará a la necesidad de creer en sí misma, en luchar ella misma por sus oportunidades, en esta película en clave femenina, de un mundo dominado por incomprensibles egoísmos y silencios que son señales de alarma.
Como resultado tenemos una entretenida historia, previsible a menudo, que toca varios “palos”; y nunca mejor dicho, porque de fondo musical tenemos mucho flamenquito que le da el tono buscado, eso sí, con algún que otro cliché en la trama y en el perfil de los personajes. La película no posee grandes pretensiones, pero al menos intenta dejar una huella optimista en el espectador, lo que es de agradecer. En resumen: una de seguir para adelante, sin histrionismos ni trágicos desmanes.