Revista Cine

Enganchada

Publicado el 05 octubre 2011 por Cluisa

Enganchada
Uno no debe engancharse con las personas, no  debe quedarse pegado con las personas. Tu esposo no es tuyo, tu mujer no es tuya, los demás son los demás, no son tú. Caemos en el error de creer que los demás son parte de tu vida, tan “parte” que son imprescindibles, la verdad es que casado o soltero, con novio o amante, primero tienes una vida y luego están los demás como circunstancias colaterales.
Y no, no hablo de desapego ni de falta de amor, hablo de que tal vez esa cursilería de “si lo amas déjalo libre” es del todo cierta.
Vivimos para los otros, deseando que se queden en nuestras vidas y no se marchen nunca, es más cerramos puertas, ventanas, revisamos celulares, celamos, por miedo. Miedo a  no  a “perder” a esa persona con la que creemos compartimos la vida de un modo "único" (tal parece que el modo principal de relacionarse es la pareja, aunque quieras más a tu perro o a tu mejor amigo, siempre será la pareja el elemento fundamental de tu circulo cotidiano) aunque tal vez se trate mucho más de miedo  a  quedarnos solos. 
Es gracioso, por ejemplo,  el modo en que se te consuela en Occidente cuando un novio o amante te abandona, cuando una relación de pareja, noviazgo y afines, se termina por cualquier razón: “Tranquila, ya encontrarás otro”. 
"Otro" que te devolverá la ilusión de tratar a las personas como objetos, "otro" a quien colocarle el cartelito de "MIO". No way...  a pesar de los pronombres posesivos,  las personas no son cosas, aunque socialmente se les trate de modo contrario.
“Ya aparecerá otro” , te dicen, como si tu dolor, tristeza o incomodidad estuviese delimitado  (como lo es en algunos casos)  por la desaparición de alguien, fácilmente sustituible por una persona nueva.  
¿No es raro que alguien "único" pueda ser sustituido tan fácilmente por "Otro"? Esas cosas "románticas" de Occidente que nunca entenderé....
En fin... como si no importará particularmente la ausencia de un individuo con nombre  y apellido (no tratarlo más, no volver a verlo, oler su perfume, besar esa boca, escuchar esas frases, mirar esos gestos específicos y no otros, esa mirada y no otra), si no mas bien el rol que esa persona cumplía en tu vida, cargo que quedará por lo tanto vacante y tu vida perderá el aspecto que tenía hasta los momentos.
Enganchada, mal pegada,  neurótica, compulsiva, lo he sido, lo soy quizás, pero en recuperación. Con el tiempo me he dado cuenta, cada vez más, cada vez siendo menos inmadura, que el verdadero amor no se trata de eso, no se trata de poseer, se trata de amar y de no extrañar dolorosamente,  como en la cinta sobre la vida de Tina Turner: What's Love Got to Do with It? 
¿Qué tiene que ver el amor con eso? ¿Qué tiene que ver la necesidad, la adicción, el deseo que te enerva y te hace perder los papeles con el afecto sincero y la alegría por la existencia ajena? 
Independencia emocional, independencia es la palabra clave en el amor.

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