A estas alturas casi todos los que leéis este blog tendréis clara mi opinión sobre lo que es (o debería ser) el enoturismo: un turismo de experiencias que va mucho más allá de la visita a unas instalaciones y una cata de equis vinos acompañados de embutidos y quesos. En este sentido, cada vez son más los bodegueros, rutas de vino y DO’s que incluyen entre sus propuestas la organización o patrocinio de eventos y experiencias relacionadas con la música en cualquiera de sus variedades. Hace unos días, buscando “enoturismo en Castilla la Mancha”, encontré resultados que contenían palabras como “música” o “festival de música”. ¿Música y enoturismo? Buen maridaje, pensé.
Está claro que la música es, en ocasiones, el colofón a una noche de elevado consumo de una amplia variedad de bebidas destiladas y unos pocos acabamos entonando el “Asturias, Patria querida” y exaltando la amistad… Bromas aparte, no sé qué tiene la música que enamora al mundo del enoturismo y año tras año no dejan de aparecer iniciativas innovadoras y atractivas.
Una de las que más llamó mi atención fue la propuesta de Bodegas Verum, en Tomelloso, Albacete. Esta activa bodega es una de las pocas en el mundo que tiene su propia orquesta sinfónica: la Orquesta Sinfónica Verum, dirigida por Miguel Romea. ¡Olé, olé y olé!. Esta sí que me parece una propuesta atractiva y rompedora. Más cuando, indagando un poco más, descubro que han actuado en el Auditorium Nacional o en los Teatros del Canal en Madrid y que tienen prevista una amplia programación de actuaciones para la próxima temporada 2016-17. Inmejorable manera de situar nuestros vinos en el punto focal de la cultura musical.
También en Castilla la Mancha, otras iniciativas emprenden caminos más “canallas”, como el veterano Viña Rock, que el pasado mes de abril, en su vigésima edición, llevó a más de 200.000 personas a Villarobledo, en el mismo centro del “mayor viñedo del mundo”. Tres días de puro Rock and Roll y un impacto económico de más de 15 millones de euros en la zona. De nuevo mi enhorabuena por promover eventos de esta índole y porque el origen del vino de nombre a un festival tan cañero y longevo celebrado “entre viñedos”.
Y, hablando de festivales, no puedo dejar de nombrar otro que a mí personalmente me gustó mucho el año pasado, el Sonorama Ribera. Este año se acaba de celebrar entre el 11 y el 14 de agosto en Aranda de Duero y cada año apuesta más fuerte por hacerse un hueco entre los festivales más concurridos del verano, con un interesante cartel de grupos como Love of Lesbian, The Hives, Molotov o Miss Cafeína.
En definitiva, música y enoturismo, enoturismo y música. Cualquier excusa es buena para maridar estas dos experiencias únicas y para todos los gustos, que en pocos lugares se pueden disfrutar tanto como en esta pequeña y amada península nuestra, entre el Atlántico y el Mediterráneo.