Revista Cocina
Verano es sinónimo de tiempo libre, de vacaciones, relax, camping, viajes, sol, playa…en definitiva quizás, época de menos tiempo para estar en la cocina, pero no por ello hay que dejar de disfrutar de la gastronomía. Suelo los viernes, cuando cierro el fin de semana mi cocina virtual, dar mi consejo personal, suelo pedir que si pueden disfruten de mi tierra, de su luz, su sol, de la mar; del mar, que en gran medida es una fuente de salud.Me viene a la memoria los consejos médicos que recibían nuestras madres, baños de mar en verano para que en invierno no nos resfriáramos tanto, con ello se suponía que recibíamos energía para los fríos y húmedos meses venideros.Cúanta razón tenían y es que es cierto, el aire del mar actúa como un auténtico aerosol enviando pequeñas particular a la atmosfera de oligoelementos que se absorbe a través de la respiración, como es el yodo, sobre todo cuando hay oleaje, o “marejales” como decimos los malagueños, cuando está el mar movido. Sin olvidar el calcio y el fósforo que asimilamos a través de la piel.Además el aire que recibimos en el rebalaje, o cerca de la orilla está científicamente probado que es rico en iones negativos, que al contrario de los positivos, tienen un efecto no sólo relajante, sino que transmiten sensación de bienestar, aportándonos igualmente propiedades antisépticas gracias a que la mar es un productor de ozono natural. Una serie de circunstancias que si se analizan comprendemos el por qué es tan aconsejable, necesario más bien y maravilloso poder dejar parte de nuestro tiempo a los baños marinos, a pasear por su orilla, a respirar ése aire que huele a salitre, olor a mar…. Y con sabor a mar, una receta fácil y rápida para no sólo degustar sus productos, sino para poder dedicarnos un poco más de tiempo libre y “abandonar” un poco la cocina….merece la pena ¿no creen?Suelo preparar éste tipo de ensaladas de pasta prácticamente todo el año, de hecho fue una de las primeras que publiqué en el blog, en Abril del 2009, la suelo hacer con rizos….e incluso tibia con macarrones (AQUI pueden ver la receta y el emplatado), aderezada con zumo de limón.En ésta ocasión le he dado un toque un tanto atrevido, realizando una vinagreta de miel y mostaza.¿Cómo la he hecho? Ingredientes:Margaritas vegetales (uso siempre la marca Gallo), una lata de mejillones al natural, una lata de melva en aceite de oliva, diez langostinos, anchoas en aceite de oliva, tres palitos de surimi (palitos de cangrejo), dos huevos, una cucharada sopera de mostaza, dos cucharadas soperas de miel, cuatro cucharadas soperas de vinagre de vino, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta.Los pasos que sigo:Cocer los huevos, pelarlos y reservarlos.Cocer en agua con un puñadito de sal los langostinos, pelarlos y reservarlos igualmente.Cocer la pasta en agua con un poco de sal, siguiendo las instrucciones de tiempo que indica el fabricante (procurando que quede al “dente”, que no se pase).Mientras en un cuenco echar la mostaza, la miel y un pellizco de sal, mezclándolo bien y añadir el vinagre y el aceite removiendo con unas varillas a fin de que se emulsione bien la mezcla. Una vez cocina la pasta, escurrirla bien, echarla en un bol e incorporar la salsa, removiendo a fin de que la pasta se impregne de la vinagreta. Picar los palitos de cangrejo en trozos e incorporarlos a la pasta. Escurrir la melva y los mejillones, partir los huevos en trozos y colocarlos por encima de las margaritas.Colocar igualmente las anchoas.Moler la pimienta sobre la ensalada y regar con un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra (ya saben, si pueden prueben el aceite malagueño).¡¡ Buen provecho !!