Era mi primer verano en España después de haber pasado un año estudiando en Michigan. Unos meses disfrutados a tope, sacando provecho a todo lo que tanto había echado de menos. Pero tenía que volver a Estado Unidos, con todo lo que eso conllevaba. Separarme de la familia, del sol cálido de mi tierra y de la comida. ¿Y qué propuso mi abuelo? Que la niña se llevara una olla express a la otra parte del mundo. Si total en el avión ni me iba a enterar de que la llevaba y cuánto me alegraría cuando pudiera hacer allí un caldito caliente o una carne estofada.
Sin embargo, no sólo fue la olla lo que tuvieron a bien regalarme. Ropa, libros, alguna que otra lata que por allí no encontraba y ¿qué pasó con la Magefesa? Que tuve que llevarla en la mano, cual turista que sale de México con el sombrero charro o los que vuelan a la península desde Mallorca con las respectivas ensamaidas… el problema es que yo me iba a cruzar el charco y para colmo debía de pasar una noche con una amiga en Madrid antes de subirme al avión con sus correspondientes conexiones.
Y en Madrid. En Madrid, mi amiga no tenía coche, así que me recogió en la estación de autobuses y recorrimos toda la ciudad, metros incluidos, escaleras arriba, escaleras abajo, con la cajita de la olla express. Sirve aún hoy de risa, de muuuchas risas, recordar el evento. El maletón, el bolso y la caja, que se volteaba, se caía, se golpeaba y nosotras más nos reíamos.
La Magefesa, para orgullo de mi abuelo, llegó a Michigan e hizo su trabajo durante un año, hasta que volvió a cambiar de país. Se fue sola en una mudanza hasta Monterrey, México, donde dio servicio otros 6 años más… y como se ve que su naturaleza era viajera, navegó el Atlántico en un contenedor marítimo hasta llegar a Barcelona, donde lleva dando servicio otros 7 años, sin un solo fallo.
Lo contento que estaría mi abuelo al saber lo que dieron de sí sus entonces 6.000 pts que costó la olla express. Por cuestiones emotivas no había comprado otra. Sin embargo, la familia es más grande y el tiempo apremia y por esa misma razón ha llegado a darle compañía, que no a retirarla, una nueva Magefesa, ¡cómo para cambiar de marca con el magnífico resultado que me ha dado!, pero esta vez se trata de una olla express super rápida de la linea Nova. Ya no tengo que estar pendiente de la válvula giratoria. Han pasado 15 años de aquella adquisición y obviamente los tiempos han cambiado y las magefesas evolucionado.
Aquí te dejo una muestra de mi primera Magefesa y su perfecto estado de conservación a pesar de los años y los muchísimos guisos que se han cocido en su interior y te presento a la nueva ayudante de cocina, mucho más sofisticada y elegante, que aún mira con recelo a la mimada de las ollas express.
Uno de los guisos que me encanta hacer en la olla express es sin lugar a duda la ternera, porque queda blandita y jugosa. Tengo pendiente publicar mi receta favorita que es la ternera en salsa de tomate natural, aunque como mi madre, no la hace nadie.
Este estofado de ternera es de esos guisos que se pueden comer con cuchara o si gustas, retirando algo de caldo, sobre arroz blanco. Como lleva verduras para aderezar la carne, sobre arroz es un complemento perfecto y una comida balanceada y muy sana.
En cuanto a la salsa, no te asustes si no te gusta la cerveza, ni tampoco la cerveza negra. Yo no tomo nunca cerveza, y menos, negra y sin embargo me encanta el gusto que le da a la carne o al bizcocho de la semana pasada.
Ingredientes- 1 kg de carne de ternera para guisar cortada en dados
- 2 cebollas medianas
- 2 zanahorias grandes
- 2 patatas cortadas a cuadros pequeños
- 1 lata mediana de champiñones enteros
- 1 hoja de laurel
- 3 clavos de olor
- 1 cuchara de harina
- 2 dientes de ajo pelados y cortados en rebanadas muy finas
- 1 vasito de caldo de ternera
- 2 botellines de cerveza negra
- Sal y pimienta al gusto
Con un chorreón de aceite de oliva y la cebolla cortada en juliana, fríela hasta que esté transparente. Añade los ajos, las zanahorias peladas y cortadas en rebanadas finas así como la patatas en cuadros y deja freír a fuego medio hasta que ablande un poco, aproximadamente durante unos 6-7 minutos.
Incorpora la carne y séllala dándole vueltas durante un par de minutos. Añade la harina e integra. Pon el vaso de caldo de ternera y deja que hierva. Una vez que se produzca la ebullición, añade los dos botellines de cerveza y mezcla. Echa los champiñones, los clavos, el laurel, la sal y la pimienta y cierra la olla rápida.
Cuando empiece a echar vapor, baja el fuego y espera unos 20 minutos. No te pases del tiempo para evitar que se queme la carne. Deja que expulse todo el vapor antes de abrirla. Sírvela sobre una cama de arroz blanco hervido para complementar el estofado y obtener un plato muy balanceado.
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