El otro día, en clase de química y hablando de pigmentos, pregunté a mis alumnos por la diferencia entre los espárragos blancos y verdes. La única que me contestó fue Aitana Alegre González, que no sólo sabía que unos crecen en el interior de la tierra (los blancos) mientras que los trigueros salen a la superficie y, al darles el sol, empieza a realizarse fotosíntesis y a aparecer la verde clorofila.
No sólo contestó bien, sino que me dijo que en su casa los comían mucho pues su padre los recogía. Mi sorpresa fue mayúscula cuando el lunes pasado, Aitana se presentó con un manojo inmenso de espárragos trigueros.
Le dije que me inventaría una receta para agradecérselo y, esa misma noche, cenamos los espárragos verdes de esta guisa. Mil gracias Aitana, y a su padre Miguel Ángel, por ser tan generosos. Detalles como éstos son imborrables.
Para 6 personas:
- 1 manojo de espárragos verdes
- 250 g de salmón ahumado
- aceite de oliva virgen
- escamas de flor de sal
- brandada de bacalao
- semillas de sésamo negro
- una pizca de pimentón (dulce o picante)
Se prepara la brandada de bacalao (para la receta, pincha aquí) o bien se compra ya hecha en algún sitio de confianza.
Se envuelven manojitos de espárragos en una tira larga de salmón ahumado cada uno y se sirven con la brandada de bacalao espolvoreada con sésamo negro y pimentón. SE comen de inmediato.