Llevo semanas dandole vueltas al trasfondo de la ética en el vino.
En estos tiempos de mercachifles y marionetas, de interés y puro ego, la ética, como la definen los clásicos, está de capa caída. El mismo argumento que defiende que enseñar filosofía en las escuelas es perder el tiempo, consideró que hablar de ética para cualquier actividad humana es poco menos que hacer el idiota. Pragmatismo exagerado, falta de códigos, liberalismo mal entendido. La verdad es que la época nuestra da bastante penita. Vergüenza.
Es por esto que los acontecimientos que me llevaron a pensar en la ética del vino (que la tiene que tener) se hayan confirmado en las ultimas semanas. Y es por esa confirmación por lo que creo que debo hablar mas de ética y de vino, como una suerte de teoría general a la que debemos dedicar mucho mas que un rato de charla.
¿Quien es Jacinto Barreiro?. Acabo de leer el texto mas claro y definido al respecto del desastre que son (que es) las DOs. Lo ha escrito este señor, al que no conozco (creo) de nada, que se define como viticultor del Salnés y que ha escrito, por primera vez en un libro publicado, algo que todo el mundo sabe pero que ningún viticultor, que yo sepa, había puesto por escrito, a saber; La DO Rías Baixas es un coladero.
Dice Jacinto Barreiro en su articulo "Denominación de Orixe Protexida Rías Baixas: Proceso de deterioro do albariño no Salnés" que (lo traduciré porque está publicado originalmente en gallego);
"Todos somos conocedores de que en algunas bodegas entraban camiones con uva foránea (de la Mancha o portuguesa, por ejemplo) por ser mas barata".
Zasca.
Creo que esta cita, hecha por escrito en un articulo publicado por una prestigiosa revista de ensayo en Galicia es, básicamente, un grito de auxilio emitido por un viticultor cansado. Harto de mangoneos y chorradas, de que se descalifiquen o acepten vinos en función de criterios decimonónicos, de que se trate al albariño como se trata a la verdejo y de ver como sus esfuerzos (del nivel que sean) en la viña año tras año se pagan a céntimos el kilo y se mezclan tras la vendimia con uvas muy desgraciadas, pobres y manipuladas sin criterio ni cariño. Uvas que, a veces, como cita el autor, ni siquiera nacen en la DO.
Pensad por un momento en lo que pasaría si el autor se llamase Bill y escribiese en una revista en Wisconsin, protestando por los tanques de leche de fuera del estado que entran en la cuna del queso Chedar en los USA. Las informaciones en prensa serían inmediatas y masivas, las televisiones, las emisoras de radio, se harían eco inmediato y constante, preguntando a las autoridades por las duras acusaciones planteadas por el tal Bill. Las dimisiones serían inmediatas y en cascada.
Mientras, aquí, en Mordor, los periódicos ignoran estas lineas. Por desconocimiento o por interés en callar, las palabras de Jacinto Barreiro se van al limbo o a internet, que para el caso es lo mismo. La prensa debe demasiado a las DOs...bueno, en realidad todo el mundo debe muchísimo a las DOs, menos los que hablan de ellas en libertad que, en su inmensa mayoría, las critican. Curioso.
Esta lectura, la de Jacinto, me llega tras revisar las referencias en las que basa Mariano Fisac su libro "Galicia entre copas". El titulo del articulo, como citaba mas arriba, no deja mucho lugar a equívocos y por eso lo pedí a mi librera de cabecera, que lo consiguió enseguida. Y leyéndolo, veo claro que no estaba equivocado en 2008 o 2009 cuando dije que las cosas se hacían mal.
Critica Jacinto cosas que me son familiares. El nulo criterio a la hora de juntar, sin base alguna, zonas geográficas con características totalmente antagónicos en una misma DO, la mezcla autorizada de uvas de esas zonas sin criterio ni mayor condición que las planteadas por el mercado (regular por ejemplo la acidez mezclando albariño de O Condado y de O Salnés). Barreiro hace una comparativa en datos entre Rías Baixas y otras zonas de prestigio y la DO sale perdiendo en todas. Mayor rendimiento por hectárea (con mucho), muy superior límite de kilos por hectárea en vendimia, mayor nivel autorizado de sulfitos (mayor incluso que en la Mancha).
Concluye Jacinto Barreiro que en las ultimas cosecha, (incluida la histórica de 2011) "cada vez mas viticultores dejan sus uvas en la parra (...) porque no les compensa la recogida".
Ante este escenario las preguntas son claras, ¿que piensa hacer la DO?, ¿explicará alguien de que modo se va a investigar la supuesta entrada de uva foránea a determinadas bodegas y porqué no se ha hecho ya?, ¿está dispuesta la DO a revisar sus criterios de calificación y a adaptarlos al momento actual?. Mas o menos conozco las respuestas porque estas preguntas se han hecho y en uno u otro momento al presidente de la DO que ha respondido o bien con evasivas o bien negando la mayor.
El ultimo episodio de esto que digo, publicado en Twitter, lo protagonizó mi muy apreciado Dominique Roujou, viticultor, "flying winemaker", consultor y francés (esto último algo tiene que tener que ver, digo yo) quien tuvo oportunidad de preguntar a los 5 presidentes de DOs en Galicia a un tiempo. Estaban los "presis" reunidos en un evento que se denominaba (ojo al parche) "Nuevos caminos para la viticultura". Poniéndole nombres a los saraos no tenemos parangón.
Llegó el turno de preguntas y Dominique, que es de preguntar, preguntó si las DOs debían reflexionar sobre la distancia enorme que ciertos viticultores están tomando con respecto a las DOs (saliendo incluso de ellas) por la aparente inflexibilidad de estas. Lo he puesto en fino para la respuesta y la pregunta las trasladaba Dominique en su twitt y así las comparto.
Flipante.
Esta época de aparente normalidad es flipante. Pasan cosas gravísimas, graves de verdad, sin colores ni forofismos, a todos los niveles. ¡Y no pasa nada!. Nada es responsabilidad de nadie, todo ocurre por casualidad, o es la acción de un "loco solitario" que toma decisiones de jefe siendo empleado, o similar. Es alucinante.
Dan ganas de tirarse al vino, pero por osmosis. No es justo que esta banda nos dejen sin disfrute, así que voy a terminar hablando de dos que me han gustado y de una reflexión mas sobre lo de la ética.
Me ha gustado mucho el Caiño de 2013 de Moraima. Le veo capacidad de crecer (está duro ahora mismo, para mi gusto) y es fresco y fácil, tres cualidades mucho mas difíciles de encontrar en un vino de lo que yo creía.
También me gustó el tinto básico de Luis Anxo Rodríguez de 2011 "Eidos Ermos". Me gustó, aunque a decir verdad menos de lo que esperaba. Una cita recurrente para los escritores de discursos es la que dice que "si las expectativas son muy altas lo único que puedes hacer es confirmarlas". Creo que Luis Anxo empieza a sufrir con su éxito pasado en añadas que no fueron especialmente llamativas. Estar bueno, sin mas, ya no sirve para Luis Anxo. Otra cosa es que sea un vino de 10 euros.
La ética del vino.....que buen titulo para un libro, ¿no?
*Fotos de mi autoría y capturas en twitter.