Revista Cultura y Ocio

Existo, luego pienso

Por Dean

Existo, luego pienso

...vivir, después de todo, no es tan fundamental
   lo importante es que alguien debidamente autorizado
   certifique que uno probadamente existe...
  

Benedetti 

 

Existo, luego pienso, parece ser la inversión de los factores que se da en la humanidad en estos tiempos, o sea que Descartes no tenía razón, era todo lo contrario. En una sociedad que valora por encima de todas las cosas el tener, las posesiones, los títulos; la emoción y el ser se vuelven secundarios, la razón lo domina todo, nadie apuesta por los sentimientos.


¿Y que significa vivir para las gentes de hoy? Si se lo preguntas  a un niño quizás respondería que su vida tendría sentido si le regalasen esa video-consola nueva, el adolescente diría que ese ciclomotor o esa ropa de marca no estarían nada mal, el joven estaría feliz con ese coche deportivo y un buen fajo de billetes para la fiesta del fin de semana, mientras que los mayores nos esforzamos por proveer a todos los demás miembros de la familia de esas cosas que le ayudarían a vivir mejor, y esa sería la razón de nuestra existencia. Solo los ancianos llegan a la conclusión de que vivieron toda su vida equivocados, coleccionando cosas, y gastando su tiempo y esfuerzo en cuidarlas, pero como personas no crecieron y a los que tenían a su lado no los disfrutaron ni les entregaron lo mejor de si mismos, ya que estaban muy ocupados.


A todo el mundo le oigo decir: venga, a vivir que la vida es corta. Y se dedican a vivir, pero ¿saben lo que significa? No pretendo adoctrinar, ni filosofar en lo más mínimo, pero si me gusta meditar y compartir frases como esta: "Nadie por ser joven vacile en filosofar ni por hallarse viejo de filosofar se fatigue. Pues nadie está demasiado adelantado ni retardado para lo que concierne a la salud de su alma. El que dice que aún no le llegó la hora de filosofar o que ya le ha pasado es como quien dice que no se le presenta o que ya no hay tiempo para la felicidad. De modo que deben filosofar tanto el joven como el viejo: el uno para que, envejeciendo, se rejuvenezca en bienes por el recuerdo agradecido de los pasados, el otro para ser a un tiempo joven y maduro por su serenidad ante el futuro. Así pues, hay que meditar lo que produce la felicidad, ya que cuando está presente lo tenemos todo y, cuando falta, todo lo hacemos por poseerla."    Epicuro: Carta a Meneceo


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